En el año 1940, apenas acabada la guerra civil española que dio inicio a otra terrible represión contra los perdedores de aquel conflicto, Juan Paredes Muñoz y Antonia Carrillo Apolo salieron de Puebla de la Reina, en Badajoz, y cruzaron en tren toda la península cargados con sus pertenencias para instalarse en Gandia. Con ellos, su hija Isabel, de solo dos años. En esta ciudad encuentran una paz que seguramente no habrían disfrutado en Puebla de la Reina, y aquí tuvieron otros dos hijos, Juan y María Jesús.

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