Con la finalización de la tramitación ambiental del proyecto de la fábrica de componentes de baterías de coches eléctricos que promueve Ionway en El Musel, la pelota queda en el tejado de esta sociedad constituida por Umicore y la filial de Volkswagen PowerCo, pendiente de decidir si acomete el proyecto gijonés que en varias fases podría suponer una inversión de entre 1.000 y 1.500 millones de euros, o si lo paraliza debido al retroceso en las ventas en Europa de coches eléctricos. Pese a ellos, se siguen dando pasos y se han producido conversaciones para que el Ministerio de Industria gestione ante la Unión Europea la posibilidad de articular una línea de subvenciones específica para el proyecto gijonés, tal y como hizo en su día el gobierno central con el proyecto de descarbonización de ArcelorMittal, para la construcción de un horno de reducción directa (DRI).
Tras haber realizado la ingeniería del proyecto general, que fue la que sirvió para tramitar los permisos medioambientales y urbanísticos de la planta, ahora la empresa está realizando la ingeniería de detalle del proyecto, necesaria para ejecutarlo. A todo esto se suma que ya tiene en concesión 45,5 hectáreas en la ampliación de El Musel, ocupando toda la superficie que quedaba libre del Muelle Romualdo Alvargonzález Figaredo (Muelle Norte) más la explanada que hay entre este muelle y la concesión de la regasificadora.
De optar finalmente por desarrollar el proyecto que plantea para Gijón, la construcción de las instalaciones se prolongaría por unos dos años, para la ejecución de la primera fase, con una inversión de 594 millones de euros y la creación de unos 300 puestos de trabajo directos.
De ejecutarse el proyecto en su totalidad, el número de empleos directos llegaría a los 900. Inicialmente la empresa planteaba desarrollar el proyecto en tres fases, si bien también se contempla la posibilidad de hacerlo en solo dos.
La decisión sobre el proyecto de El Musel se adoptará dentro de la revisión de la viabilidad de todos los proyectos que tiene en marcha la compañía belga especializada en la tecnología de los materiales Umicore, que es la que lidera el proyecto gijonés. En ese contexto, Umicore ya decidió paralizar un proyecto similar que tenía en Canadá y que ya había obtenido subvenciones públicas para su desarrollo.
La incógnita sobre el futuro del proyecto de El Musel está pendiente de despejar. En los próximos días la empresa recibirá la comunicación oficial del visto bueno a la Autorización Ambiental Integrada para su proyecto de El Musel. En el caso de que no plantee ningún tipo de alegación, el siguiente paso será la publicación en el BOPA. A partir de ahí, será la empresa la que adopte la decisión, que para materializarse también precisará de la obtención de los fondos europeos que se están negociando.