Los libros se han convertido en tendencia en las redes sociales. Vídeos en los que se recomiendan y puntúan lecturas, se reacciona a la trama, se valora a los personajes principales… Tanto en TikTok como Instagram o Youtube han explosionado el número de usuarios que hablan sobre literatura. No es que antes no existieran cuentas dedicadas a la lectura, pero BookTok (el contenido de Tik Tok sobre obras literarias) surfea 2024 coronado como fenómeno viral. Por tanto, no se puede decir que los jóvenes no lean, ya que lo desmienten los datos y los miles de vídeos en las redes sociales que demuestran que sí, que las lecturas han aumentado. Pero… ¿qué hay de la calidad?
Las familias se debaten sobre su pertinencia y las expertas, que entienden que pueden servir para adquirir mecánica lectora, abogan por fomentar la diversidad de las lecturas
«Hay literatura de mala calidad en todos los géneros y dirigida a todo tipo de perfiles», explica Júlia Baena, bibliotecaria escolar en secundaria y profesora asociada en la Universitat de Barcelona. «Sin embargo –apunta– a causa de la creciente demanda de literatura juvenil romántica, algunas editoriales han decidido publicar muchos títulos que presentan estas características: sin profundidad, sin capas, que replican patrones idénticos uno tras otro y sobrecargados de clichés».
«A causa de la creciente demanda de literatura juvenil romántica, las editoriales han decidido publicar muchos títulos sin profundidad y sin capas que replican patrones idénticos y están sobrecargados de clichés»
Un claro ejemplo son las ficciones procedentes de Wattpad, una página web donde adolescentes y jóvenes escriben y dan a conocer sus propias novelas. El fenómeno –y el nicho de mercado– es tal que algunas de ellas se vuelven virales y llaman la atención de grandes editoriales. «Priorizando ventas antes que calidad, se publican títulos directamente de Wattpad, escritos por personas muy jóvenes sin ningún tipo de conocimiento literario, y eso se nota, porque están mal escritas», añade Baena. No solo eso: ficciones como ‘A través de mi ventana’, ‘After’ o ‘Culpa mía’ incluso han dado el salto al ‘streaming’. Cabe decir que ningún título de esta nueva hornada tiene la carga tóxica de las novelas de Federico Moccia, donde se romantizaban relaciones de adultos con menores de edad o escenas de intimidad no consentida.
Ficciones como ‘A través de mi ventana’, ‘After’ o ‘Culpa mía’, escritas en Wattpad, han saltado a las editoriales y de ahí al ‘streaming’
Dilema
La fuerza del fenómeno es tal que el dilema planea sobre muchas familias con adolescentes y preadolescentes: ¿es mejor que sus hijas –el fenómeno es básicamente femenino– devoren libros con escenas ardientes que suelen resbalar hacia amores tóxicos y clichés tradicionales a que no lean nada? ¿Pueden ser esas lecturas una puerta de entrada al placer del leer por leer y una forma de reforzar un hábito en horas bajas? ¿O acaso pueden acabar torpedeando la educación igualitaria?
«Con mil dudas, admito que le he comprado a mi hija, de 12 años, novelas de este tipo que me ha pedido porque son las únicas que lee más allá de las lecturas obligatorias del colegio», explica Eva Martínez. «Pero un día, incluso una libretera me riñó y me advirtió de que no eran libros apropiados para ella y que estaba harta de que las madres luego volvieran a la librería y se le quejaran», añade.
«Con mil dudas, admito que le he comprado a mi hija novelas de este tipo que me ha pedido porque son las únicas que lee más allá de las obligatorias del colegio»
La hija de Marta Serra, de 13 años, también ha pasado en pocos meses de no leer nada a «devorar los libros de Joana Marcús». «Verla tan enganchada acaba siendo tan gratificante que incluso te olvidas del contenido. Evidentemente, no son los libros que yo le recomendaría, pero tampoco me parece tan mal. Estoy segura de que en TikTok consumen contenidos que no controlamos y que son mucho más nocivos: al fin y al cabo, las protagonistas son estudiantes y no ‘influencers’ que viven de los ‘likes’ y que solo hablan de ‘skin care'». Marta entiende este enganche como una fase –»a su edad yo leía cosas peores»– que le acabará llevando a otras lecturas. «Además, en nuestro caso, también ha contribuido a que lea de forma voluntaria en catalán: el resto de cosas que consume por ocio en redes o plataformas son en castellano».
«Estoy segura de que en TikTok consumen contenidos que no controlamos y que son mucho más nocivos: al fin y al cabo, las protagonistas son estudiantes y no ‘influencers’ que viven de los ‘likes’ y que solo hablan de ‘skin care'»
«Éxitos a medida»
Las respuestas a estos dilemas familiares no son unívocos. Beatriz Esteban, psicóloga general sanitaria y escritora, considera que este tipo de novelas enganchan básicamente porque la industria editorial fabrica «éxitos a medida». «Ahora uno de los elementos principales es el romance, sobre todo el más conflictivo», añade. «Muchas obras buscan el éxito y llamar la atención, y lo hacen a través de relaciones disfuncionales, de volver a clichés como que el amor lo puede todo, que la mujer tiene que ser salvada…».
«Ahora uno de los elementos principales es el romance, sobre todo el más conflictivo: muchas obras buscan el éxito y llamar la atención, y lo hacen a través de relaciones disfuncionales y de volver a clichés como que el amor lo puede todo»
De hecho, el género romántico-encendido es, de lejos, el que más se ha popularizado en las redes. «Este tipo de libros atraen a las adolescentes porque conectan con las primeras experiencias que diferencian la etapa adolescente de la infantil, como el enamoramiento», destaca Baena. Tanto las editoriales como las plataformas digitales apuestan con fuerza por estas lecturas. «No sé si lo leerían igual en ausencia de promoción en las redes, quizá se crea un poco de fenómeno FOMO (miedo a perderse algo) y se crea la necesidad de leer los libros de los que todos hablan».
«Hoy en día es muy complicado enganchar a los adolescentes a la lectura, y más si les das libros difíciles»
Cristina Prieto
Cristina Prieto, creadora de contenido y escritora, considera que «siempre se ha desacreditado lo que gusta a las jóvenes y a las mujeres». «Hay libros malos en todos los géneros, y también hay obras buenísimas en la literatura juvenil», reflexiona. Para ella, el fenómeno Booktok ha servido para compartir que hay «libros entretenidos, ágiles y divertidos y eso ha permitido que la afición por leer se contagie a otra gente». La clave, según ella, no es tanto la mayor o menor calidad, sino que sean lecturas «entretenidas y enganchen a los lectores». «Lo que es entretenido no es malo, cualquier libro que haga que alguien lea, con la cantidad de estímulos que tenemos, es beneficioso», añade. «Hoy día es muy complicado enganchar a los adolescentes, y más si les das libros difíciles». Ella misma, lectora voraz desde la infancia, admite que era incapaz de acabar las lecturas obligatorias.
«Es importante confeccionar un itinerario lector razonado que permita la evolución de las habilidades lectoras»
Para Baena, leer este tipo de lecturas «más sencillas» no tiene por qué ser negativo, siempre que se combine con novelas de todo tipo. «Este tipo de libros pueden tener papel para adquirir mecánica lectora, por ejemplo», explica la bibliotecaria. Pero, destaca que «es importante confeccionar un itinerario lector razonado que permita la evolución de las habilidades lectoras«. Señala la importancia al acceso de obras de calidad, y que los lectores tengan las herramientas para poder entenderlas. «Que si los jóvenes no quieren leer un libro más denso o complejo, sea porque realmente no les apetece o no encaje con sus preferencias lectoras, no porque no dispongan de las herramientas y recursos necesarios para poder entender el libro».
El descrédito la literatura juvenil
Más allá de esta moda por las ficciones encendidas, las tres expertas coinciden en que la literatura juvenil es un género con grandes obras literarias. «No se puede descalificar todo un género sin haberlo leído suficiente», señala Baena. Apunta a que la literatura juvenil siempre se ha discriminado y considerado menor, así como la literatura infantil. «Demuestra una falta de conocimientos en cuanto a la literatura infantil y juvenil y una falta de respeto para los lectores, jóvenes y niños», añade.
«Creo que se tiene un concepto de la literatura juvenil como más inferior, más tonta o bobalicona, pero escribir este tipo de libros es inmensamente más complicado que la adulta», destaca Estéban. «La forma que se ha tratado la literatura juvenil habla mucho de cómo tratamos a los jóvenes, haciéndoles de menos, haciéndoles sentir inferiores», añade. Además del perfil de lectores, la psicóloga considera que el hecho de que la mayoría de escritoras de este género sean mujeres también influye en su desacreditación. «Muchas de las obras de literatura juvenil son escritas por mujeres jóvenes, y, en cambio, la de adultos la escriben hombres».
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