Un informe revela que el accidente del MQ-9 de la Fuerza Aérea se debió a fallas en la gestión del acelerador y en el seguimiento de las listas de verificación.
Investigación del accidente del MQ-9 Reaper en África: errores y lecciones clave
El accidente del MQ-9 Reaper, ocurrido el 11 de febrero en África, resalta serias deficiencias en la operación de vehículos aéreos no tripulados (VANT). Según el informe, el piloto no siguió los procedimientos establecidos, lo que se saldó con la pérdida total de un dron valorado en 25,8 millones de dólares.
El incidente se produjo en un contexto de operaciones antiterroristas donde las capacidades ISR del Reaper son fundamentales. En esta ocasión, el piloto, parte del 12.º Escuadrón de Operaciones Especiales Expedicionarias, no cumplió con las instrucciones de la lista de verificación, dejando el acelerador en ralentí durante el despegue automático.
El informe de la investigación revela que el piloto activó la capacidad automática de despegue y aterrizaje (ATLC), pero falló al establecer el acelerador al 100 por ciento. Este error impidió el empuje necesario durante la transición al control manual, y provocó el impacto del dron 44 segundos después de despegar.
Causas del accidente: errores en la gestión del acelerador y la comunicación
La falta de atención del piloto al ajustar el acelerador, junto con una inadecuada evaluación de la situación, contribuyeron decisivamente al accidente. A pesar de recibir advertencias sobre la caída del rendimiento del motor, el piloto tardó 22 segundos en aumentar el acelerador después de desactivar el ATLC.
La investigación indica que si el piloto hubiera respondido adecuadamente en los primeros 18 segundos de la transición, el accidente podría haberse evitado. La presión de operar en un entorno crítico puede haber influido en la falta de respuesta efectiva del piloto.
La junta de investigación resalta que el análisis situacional debe ser priorizado por el piloto en tales circunstancias. Ignorar este aspecto fundamental pone en riesgo no solo la misión, sino también la valiosa inversión en tecnología avanzada como el MQ-9.
Impacto en la Fuerza Aérea: la necesidad de una formación más rigurosa
La Fuerza Aérea ha enfrentado múltiples accidentes con el MQ-9 en los últimos años, lo que sugiere una tendencia preocupante en la operación de estos UAV. La falta de adherencia a los procedimientos y la comunicación ineficaz en la tripulación son aspectos críticos que deben abordarse.
El informe detalla que el piloto interrumpió discusiones importantes sobre los datos de despegue y aterrizaje (TOLD) antes de que la aeronave iniciara la carrera. Este tipo de distracciones puede resultar fatal en situaciones donde cada segundo cuenta.
Es imperativo que las tripulaciones reciban entrenamiento exhaustivo sobre la importancia de seguir procedimientos estandarizados y mantener una comunicación clara durante todas las fases de la operación del UAV. La mejora en estas áreas podría disminuir significativamente el riesgo de accidentes futuros.
Lecciones aprendidas: revisión de protocolos y procedimientos de vuelo
La investigación concluye que la revisión de protocolos es esencial para prevenir futuros accidentes. La decisión del piloto de desactivar el ATLC a baja altitud, aunque no contravino ninguna regla, debería ser reconsiderada en futuras formaciones.
Las recomendaciones incluyen retrasar la desactivación del ATLC hasta alcanzar una mayor altitud para proporcionar más tiempo de reacción en caso de anomalías durante el vuelo. Este cambio podría marcar una diferencia crucial en la capacidad de recuperación de la aeronave.
Además, la creación de un entorno de trabajo donde los miembros de la tripulación se sientan cómodos para compartir información crítica sin interrupciones es vital. La mejora en la gestión de recursos de la tripulación podría ser la clave para evitar desastres similares en el futuro.
Consideraciones finales: el futuro del MQ-9 y su papel en las operaciones
A medida que el MQ-9 Reaper continúa desempeñando un papel crucial en las operaciones de inteligencia y ataque, la Fuerza Aérea debe abordar las debilidades reveladas por este incidente. La formación rigurosa y la adherencia a procedimientos son fundamentales.
La repetición de accidentes con el Reaper subraya la necesidad de una revisión exhaustiva de los métodos de operación actuales. La implementación de medidas correctivas será esencial para mantener la eficacia de los UAV en misiones críticas.
Finalmente, la cultura de la seguridad dentro de la Fuerza Aérea debe evolucionar para priorizar la atención al detalle y la capacitación constante, asegurando así el éxito en futuras operaciones de alto riesgo.