«Gracias, senador, porque creo que esta es la conversación que (los ciudadanos) quieren escuchar». Esa frase del gobernador de Minnesota y candidato demócrata a vicepresidente en las elecciones estadounidenses de noviembre, Tim Walz, resume bien el debate que ha mantenido en la noche de este martes con el senador por Ohio y candidato republicano a número dos del país, JD Vance. Eso no significa que el cara a cara no estuviese plagado de discrepancias, que lo estuvo; ni tampoco que no hubiese interrupciones, momentos de tensión o mentiras, que también, pero sí implica que, por una vez, el encuentro entre los representantes de ambos partidos tuvo más de constructivo y de explicativo que de confrontación y choque.
El cara a cara de este 1 de octubre, celebrado por la cadena de televisión CBS News, arrancó con un Walz muy dubitativo y nervioso que fue perdiendo el miedo conforme avanzaban los minutos hasta terminar como en los mejores momentos de sus mítines más virales. Enfrente tuvo a un JD Vance muy seguro de sí mismo, tranquilo, sonriente y quien, al contrario de lo que preveían analistas y medios de comunicación, no había venido a montar un escándalo, ni a defender -el bulo que se inventó- que los haitianos se comen a los perros y a los gatos de Springfield (Ohio).
El republicano acudió con la misión de romper con la imagen de agitador de las redes sociales, los mítines y las entrevistas que venía mostrando en las últimas semanas, y sacó a relucir su lado más sereno, comprensivo y paciente. Solo en una ocasión habló por encima de su oponente y de las moderadoras de la cadena, cuando trató de explicar su visión sobre la inmigración en Ohio, y el resto del tiempo le concedió a Walz que estaba de acuerdo con sus posturas en un buen número de ocasiones, y en el resto expresó su desacuerdo de forma civilizada, argumentando sus puntos y contagiando a su oponente con su actitud. «En eso estamos de acuerdo», le respondió el demócrata en un buen número de ocasiones.
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