«A Gijón le debo la vida. Si aquello me llega a pasar en otro sitio, estaría muerto». A José Ángel Peña se le entrecorta la voz cuando recuerda aquel 14 de octubre de 2023, cuando volvió a nacer. El corazón se le paró aquella tarde, apenas unas horas antes del partido que enfrentaba a su Real Zaragoza con el Sporting, motivo central del viaje que, junto a su inseparable amigo Antonio, llevaban tanto tiempo esperando. Fue en un bar, en el centro de la ciudad, donde el tiempo se detuvo. Donde todo estuvo a punto de acabar. Donde, en cambio, todo volvió a empezar. «Sinceramente, lo recuerdo con alegría porque soy consciente de que volví a nacer ese día». Afortunadamente, ahí estaban un profesional sanitario y el exportero del Sporting Ablanedo, entre otros, a los que pronto se sumó un Policía para, entre todos, mantener a José Ángel con vida. 

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