Nacido en Beirut hace 63 años y líder indiscutible de Hizbulá durante más de tres décadas, Hasán Nasrallah, al que Israel da este sábado por muerto, tuvo su primer contacto con el activismo durante la guerra civil libanesa de 1975 a 1990. Era aún un adolescente, pero ese fue su despertar religioso y político. Mientras dedicaba su tiempo a estudiar en el seminario chiita en el valle libanés de la Becá, Nasrallah empezó también a militar en el movimiento político chiita de Amal. Su potencial y su cercanía al filósofo iraquí chiita Mohamed Baqir al Sadr (luego asesinado por el régimen de Sadam Huséin) le llevó a convertirse en el delegado político de Amal en la Becá. A raíz de la invasión israelí del Líbano en 1982 y tras varias decepciones ante las alianzas del líder de Amal, Nabih Berri, el grupo se escindió nació Hizbulá, el Partido de Dios en árabe. Financiada por Irán, llegaba al Líbano la Resistencia Islámica

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