Sobre Agustín de Foxá (Madrid, 1906-1959), aristócrata, diplomático, falangista durante algunos años, académico de la lengua (aunque no llegó a leer el discurso de ingreso), pesa su pasado, en los tiempos actuales, aunque pocos dudan de que su novela Madrid de Corte a checa es una de las mejores sobre la Segunda República y los comienzos de la guerra civil de 1936. También fue articulista, autor de poemas y de varias obras de teatro.

Se reeditan ahora sus narraciones cortas: Misión en Bucarest y otros relatos (Ed. Renacimiento. Sevilla, 2024, 287 págs.), con prólogo de Luis Alberto de Cuenca. El primero y más extenso está inacabado y se inspira en sucesos autobiográficos: una misión diplomática en los comienzos de la guerra civil, con los tambores del antisemitismo que se avecinaba en Europa, que termina de golpe con el regreso del protagonista a Madrid y deja al lector en ascuas.

Los otros seis relatos son muy variados, por los temas y enfoques, pero lo común a todos es la calidad de la prosa de Foxá. Olor a cera es una impactante tragedia taurina, con personajes reales y ficticios, tema de actualidad por las disputas entre partidarios y detractores de la tauromaquia. En cambio, Viaje a los Efímeros es una sorprendente y divertida historia de ciencia ficción, mientras que, en Hans y los insectos, trata sobre el cientificismo obsesivo y sus consecuencias. En Santarán, Foxá nos traslada a finales del siglo XV y comienzos del XVI, a través de una pareja de indígenas, apadrinados por los Reyes Católicos, afincados cerca de Valladolid. El cosmopolitismo del autor se vuelve a manifestar en El príncipe Pablo, cuya acción transcurre en Centroeuropa. Finalmente, el Lobizón es otra muestra de la originalidad y la inventiva de Foxá, sobre una leyenda de licantropía.

Relatos excelentes, variados, en los que el lector encuentra ingenio, tragedia, ironía, humor y una prosa cuidadísima, en la que se nota la influencia de Valle Inclán, entre otros autores: un deleite para los amantes de la buena escritura.

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