Si en algo coinciden los expertos que han evaluado la personalidad de Dominique Pelicot es que es un hombre con dos caras. Un tipo genial a ojos de su esposa y de sus amigos; un buen padre, un abuelo entrañable y un trabajador honrado. Un hombre que se ha esmerado en construirse un personaje socialmente aceptado. Pero el verdadero Domique Pelicot, el que se esconde tras esa máscara es según los expertos un hombre colérico, mentiroso, obsesivo y trasgresor, sobre todo en la sexualidad Esos rasgos explicarían su conducta parafílica. Durante años sedó a su mujer para ofrecer su cuerpo inerte a otros hombres. No lo hacía por dinero, solo por el placer que le provocaba “verla tocada por otra persona”. Él habla de una adicción incontrolable, pero los exámenes psiquiátricos concluyen que no hay patología mental que justifique esos actos, más propios de un psicópata que de un enfermo

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