El próximo viernes habrá entradas y salidas poco habituales en el Palacio de la Moncloa. Como inicio de la ronda de reuniones con los presidentes autonómicos para abordar asuntos tan complejos y de difícil acuerdo como la financiación y la inmigración, Pedro Sánchez ha citado ese día al lendakari, Imanol Pradales; al presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno, y al de Galicia, Alfonso Rueda. El jefe del Ejecutivo sigue aquí el orden de aprobación de los estatutos en los distintos territorios, salvo en el caso de Catalunya, que aprobó su ley fundamental solo por detrás de Euskadi. Pero los problemas de agenda del nuevo president, el socialista Salvador Illa, han provocado que ese encuentro tenga que postergarse a la semana que viene.
Sánchez, según fuentes de la Moncloa, quiere que las citas sirvan para “reforzar y fortalecer la colaboración entre el Estado y los gobiernos autonómicos, potenciar el diálogo e impulsar el entendimiento entre las distintas administraciones”. Los principales temas que estarán sobre la mesa en esta ronda, en la que el PP tendrá un enorme protagonismo al gobernar en 11 de las 17 comunidades autónomas, serán dos.
Por un lado, la financiación autonómica, tras el controvertido pacto entre el PSC y ERC para investir a Illa, que incorpora la futura capacidad de Catalunya para recaudar y gestionar todos los impuestos generados en su territorio, permitiendo así la salida del régimen común de esta comunidad. Sánchez quiere “impulsar” un nuevo sistema para el resto de territorios, sin contar con Euskadi y Navarra que tienen sus propios conciertos, que implique más fondos y el reconocimiento de las “singularidades” de cada uno de ellos.
Ayuso y Moreno
Pero el PP no parece dispuesto a colaborar en este proyecto. Los presidentes conservadores evitan transmitir una propuesta común, cosa que tampoco hacen los socialistas, y su actitud ante esta ronda de reuniones es dispar. La madrileña Isabel Díaz Ayuso desliza la idea de un posible boicot, al considerar que estas citas son solo una “trampa” de Sánchez para “comprar” las voluntades de los líderes territoriales.
Otros mandatarios son más conciliadores, aunque dejan clara sus líneas rojas. “El próximo viernes me reuniré con Pedro Sánchez en La Moncloa. Soy claro: defenderé a Andalucía por encima de todo. Digo sí al diálogo, pero no negociaré bilateralmente sobre financiación. Debe convocar la Conferencia de Presidentes”, dijo este lunes, tras conocerse el inicio de la ronda, el andaluz Juan Manuel Moreno, insistiendo en la idea de que Sánchez debe negociar la financiación con todos los presidentes al mismo tiempo y no de uno en uno. Todos los mandatarios, de hecho, se reunirán a corto plazo en Cantabria con el jefe del Ejecutivo (la fecha está aún por concretar), pero Sánchez, que es quien tiene la potestad de fijar el orden del día de las conferencias de presidentes, quiere que allí se aborde únicamente la vivienda.
El otro gran asunto será la inmigración, y aquí tampoco se vislumbra ningún acuerdo entre el Gobierno central y las autonomías del PP, tras el fracaso de la reforma de la ley de extranjería en el Congreso y la negativa de los presidentes conservadores a acoger a parte de los casi 6.000 menores extranjeros no acompañados que se encuentran en las Islas Canarias en estos momentos.