Los tres socios de La Nueva Romareda SL no quieren sustos. El coste del nuevo estadio alcanza los 151,4 millones de euros (más el IVA, aunque este impuesto es deducible) y ni el ayuntamiento ni el Gobierno de Aragón ni el club quieren que el precio se vaya más allá de lo estipulado inicialmente. Para ello, el contrato que ayer se licitó, cuyo valor alcanza los 138,5 millones, se ha hecho conforme a costes objetivos: el 71% del presupuesto de las obras no podrá modificarse una vez se firme el contrato con la constructora.
De esta manera, la sociedad busca evitar sobrecostes injustificados y aumentos de precio abusivos. Las empresas que se presenten al concurso ahora abierto podrán mejorar el presupuesto y los plazos estipulados a la baja, pero nunca al alza. De los 138,5 millones, 98.438.156 euros serán para pagar partidas que tendrán un precio cerrado sobre las que no se permitirá ninguna modificación posterior. El 29% restante, 40.027.349 euros, serán para pagar conceptos que, en caso de que tengan un sobrecoste durante el transcurso de las obras, tendrán que justificarse al detalle.
Estas partidas cuyo precio podría sufrir variaciones son las que se refieren a acabados, materiales, pavimentos, carpintería e instalaciones eléctricas, detalles que podrán concretarse más adelante en función de lo que pidan los que pagan y de la evolución del mercado.
La licitación pública, además, según explicó ayer la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, se va a realizar mediante un proceso restringido que se va a dividir en dos fases con el objetivo de ganar tiempo. Durante las tres próximas semanas, las empresas interesadas en hacerse con el contrato deberán demostrar su solvencia técnica y económica. En función del criterio de los técnicos se elegirá a tan solo cinco del total que hayan presentado ofertas. El objetivo es que exista un compromiso claro por parte de las compañías de poder cumplir con los estándares de calidad y los plazos exigidos.
Más fechas
Una vez se haya realizado esa criba comenzará la segunda fase, que durará seis semanas. En ella las empresas tendrán que presentar sus propuestas tanto técnicas como económicas para cumplir con lo estipulado en los pliegos. De todas solo se elegirá a una para hacerse cargo de las obras, que deberían comenzar en febrero de 2025.
Además, la empresa que se haga cargo de las obras tendrá penalizaciones y multas si no cumple con los hitos que se han colocado a lo largo del calendario de obras. Y todo para que el 31 de agosto de 2027, sino antes, el estadio pueda inaugurarse sin que haya habido sustos con el presupuesto.