Tras más de veinte horas de intenso trabajo, levantando todo el suelo de un bajo de la calle Conchita Piquer de València, sacando escombros y tratando que los perros adiestrados en localización de cadáveres dieran alguna señal de esperanza para encontrar a Natalia Solomykina, la mujer ucraniana de 38 años desaparecida desde el pasado mes de abril, la Policía Nacional ha dado por finalizada la búsqueda sin éxito, al menos por el momento, de los restos humanos de la víctima de esta desaparición inquietante. Las sospechas de los investigadores recaen sobre su marido, quien denunció su desaparición y la persona que había autorizado el registro en el local propiedad de su mujer, sabedor de que no iban a encontrar nada.
La policía sospecha que esta mujer de 38 años, propietaria de varios bajos comerciales en València, habría sido víctima de un posible crimen machista. Como ha adelantado en exclusiva Levante-EMV (del mismo grupo que INFORMACIÓN) en su edición digital, la Policía Nacional buscaba desde ayer el cadáver de esta mujer ucraniana en un bajo comercial del barrio de Campanar, ante la sospecha de que hubiera sido asesinada y enterrada en ese lugar en lo presuntamente podría tratarse de un nuevo crimen machista, según apuntan las investigaciones del grupo de Homicidios de la Policía Nacional. El rastreo del cuerpo comenzó en la tarde de este jueves, después de que lo autorizara el Juzgado de Valencia que investiga la desaparición de Natalia. El registro en el local ha sido autorizado por el propio marido de la desaparecida.
La búsqueda en el bajo ha concluido sin que se encuentre ningún vestigio de Natalaia Solomykina. Su marido ha sido interrogado en varias ocasiones por los investigadores de la Policía Nacional, pero no se le ha detenido, según ha podido confirmar este periódico.
En los trabajos que comenzaron a las nueve de la mañana del jueves, hasta las 20.30 horas de la tarde, y que prosiguieron hoy desde la misma hora hasta las siete de la tarde, han participado agentes de la Policía Científica, así como del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT) y perros adiestrados y especializados en la localización de restos humanos, venidos desde Madrid, que se sumaron hoy al operativo para localizar el cuerpo de Natalia, de 38 años.
En los trabajos que comenzaron a las nueve de la mañana del jueves, hasta las 20.30 horas de la tarde, y que prosiguieron hoy desde la misma hora hasta las siete de la tarde, han participado agentes de la Policía Científica, así como del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT) y perros adiestrados y especializados en la localización de restos humanos, venidos desde Madrid, que se sumaron hoy al operativo para localizar el cuerpo de Natalia, de 38 años.
La policía centró los trabajos en levantar prácticamente la totalidad del suelo del local, que lleva años cerrado al público. Primero han iniciado el trabajo con una máquina percutora y excavadora con la que cuenta el GOIT, pero debido a problemas logísticos han tenido que continuar a mano con un martillo percutor.
Los agentes, tanto de científica como del grupo de Homicidios, fueron sacando con capazos todo el escombro hasta un contenedor de obra colocado en el exterior del bajo para poder retirar todo el material del suelo levantado en busca de los restos de la mujer desaparecida.
Dos perros, Ela y Scot
Con cada trozo levantado del suelo, los perros adiestrados en localización de restos humanos entraban con su respectivo guía para ver si olfateaban de nuevo el lugar, primero uno y luego el otro; Ela y Scot. Sin embargo tras repetir la operación varias veces desde esta mañana hasta por la tarde, ninguno de los canes marcó nada. Ha habido un momento en el que parecía que uno de ellos sí había detectado algo, y se han escuchado aplausos, pero después de entrar al segundo, este no ha olfateado nada extraño y cuando han vuelto a entrar al mismo perro que sí había dado alguna señal se ha confirmado que no era tal.
Poco después han entrado agentes de la policía científica para tomar muestras por si posteriormente se localiza, ya no el cadáver en sí, sino algún vestigio de ella o de su muerte.
Un bajo 18 años cerrado al público
El bajo comercial que ha sido peinado de arriba a abajo y perforado por la policía en busca de los restos de Natalia llevaba cerrado al público desde el año 2006, cuando se trasladó a otro local próximo un negocio de pelucas que durante tres años estuvo en este bajo alquilado de Campanar. Los vecinos recuerdan que inicialmente fue un ultramarinos, en los años 80, pero exceptuando el tiempo que estuvo el negocio de pelucas nadie había vuelto a abrirlo al público.
Hasta que hace dos meses el mismo fue alquilado por sus nuevos propietarios. «Habían empezado a hacer reformas hace un par de semanas«, apuntó una vecina. «Antes esto era una barriada con mucho local abierto, pero con la crisis y gente que se fue fuera, y tras el cierre del hospital La Fe, la verdad es que se ha quedado todo muy despoblado de locales comerciales», explica María Isabel, que lo recuerda de cuando era una tienda de ultramarinos.