Edmundo González Urrutia abandonó Venezuela con destino a Madrid después de que se ratificara su orden de captura por parte del fiscal geneal Tarek Willam Saab, quien lo investiga por presuntos delitos electorales. La información fue confirmada por la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el ministro de Exteriores de España, José Manuel Albares.
González Urrutia, el candidato presidencial de la Plataforma de Unidad Democrática (PUD), el espacio opositor que se adjudica la victoria en las elecciones del 28 de julio, oficialmente adjudicada a Nicolás Maduro, había intentado sin éxito frenar la ofensiva oficial en su contra. El cerco a su alrededor coincide con la decisión del Palacio de Miraflores de retirarle a Brasil la tutela de la embajada argentina en Caracas, donde se habían asilado seis antimaduristas. La legación diplomática se encuentra sin luz y rodeada de fuerzas de seguridad.
Según Rodríguez, el abanderado de la PUD «solicitó a ese Gobierno (el español) la tramitación de asilo político». Y añadió en su cuenta de Telegram: «una vez ocurridos los contactos pertinentes entre ambos Gobiernos, cumplidos los extremos del caso y en apego a la legalidad internacional, Venezuela ha concedido los debidos salvoconductos en aras de la tranquilidad y paz política del país». El texto no deja lugar a equívocos, el Palacio de Miraflores considera que con la salida de González Urrutia se consolida su victoria política frente a una oposición que impugna los resultados electorales pero que no ha tenido la fuerza suficiente para obligar al Ejecutivo a volver sobre sus pasos. El Gobierno reprimió primero con severidad la protesta y luego lanzó su ofensiva judicial contra los adversarios. En diferentes actos públicos, Maduro había asegurado con sorna que González Urrutia se había «escondido» y había «comprado una maleta» para irse del país. La acción de Saab convirtió esa jactancia presidencial en un hecho consumado. Jorge Rodríguez, la principal autoridad parlamentaria y una de las principales espadas del madurismo, había considerado en tanto que González Urrutia, en su condición de «candidato de los gringos», es el responsable de las «sanciones» con las que Estados Unidos ha amenazado a Caracas.
En la noche del sábado comenzó a correr un rumor en la capital de Caracas. La autorización dada al rival electoral de Maduro para abandonar el país ha sido fruto de secretas gestiones de interlocutores internacionales del presidente. Lo cierto es que horas antes de su partida a España, el jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, había calificado a González Urrutia de «héroe» bajo la promesa de que no sería abandonado a su suerte cuando parecía consumarse la orden de captura.
Albares, en tanto, informó que el exdiplomático volaba hacia Madrid «en un avión de las Fuerzas Aéreas españolas». El ministro recordó a su vez que «el Gobierno de España está comprometido con los derechos políticos y la integridad física de todos los venezolanos«.
La situación de Machado
En tanto, la actual líder de la oposición, María Corina Machado, desechó una oferta de asilo político de Costa Rica. Ella dijo al respecto que su responsabilidad es quedarse en el país. » Nuestra prioridad es la protección de nuestros compañeros asilados en la Embajada de Argentina. Mi responsabilidad es continuar esta lucha junto a la gente».
La dirigente de Vente Venezuela, quien diseñó la hoja de ruta de confrontación en las urnas y la calle contra el Palacio de Miraflores advirtió que el Gobierno «pretende» violar la Convención de Viena y entrar en la legación diplomática argentina. En ese sentido, pidió a la comunidad internacional «gestionar salvoconductos» para los seis dirigentes de su espacio que se encuentran en el interior. «El asilo diplomático, como principio e institución de profundo espíritu latinoamericano, ha servido para proteger a quienes son perseguidos políticos, y ha sido pilar esencial de la doctrina en materia de protección a los derechos humanos. Su convención, firmada en Caracas, es clarísima sobre su alcance y sobre su implementación. Hoy, pretende ser violada, precisamente en esta ciudad».
