Paula Badosa vuelve a ser la la jugadora competitiva que llegó al número dos mundial. De los rivales ya se encarga ella, pero en la parte física es dependiente de la lesión crónica lumbar, de que la permita competir con regularidad. Además, precisa un período de adaptación a la carga de partidos, a la que no estaba acostumbrada por la larga baja de más de medio año y la difícil reaparición, al principio sin continuidad porque no encontraba la tecla de su tenis.

La española, 26 años y nº 40 mundial, se reencontró con la derrota después de seis triunfos seguidos. Campeona del WTA 500 de Washington, cedió en la segunda eliminatoria del WTA 1000 de Canadá, en Toronto. 

Acarició el triunfo en dos sets, pero se fue al tercero, y no lo pudo competir. No se movía con normalidad. Cedió ante la letona Jelena Ostapenko, 27 años y nº 11, por 3-6, 7-6 (3) y 6-2 en 2h.04′.

Badosa estuvo portentosa en el set inicial, sin dar una sola opción a su rival, con quien estaba 2-2 en el palmarés. Mantuvo con seguridad su saque y cazó la primera bola de brea para hacer el 5-3 y rematar con su servicio, sin una sola duda: 6-3 en 32′.

Ante una pegadora como Ostapenko, capaz de generar más golpes ganadores que nadie, así como errores no forzados, no hay respiro. Es una trampa continua, invita a los altibajos más pronunciados durante los encuentros.

Badosa perdió su saque por primera vez (1-3), pero recuperó enseguida la desventaja. Volvió a estar abajo, 3-5, pero las dobles faltas de Jelena Ostapenko ayudaron a que recuperara, que se agarrara a un parcial que tuvo en sus manos con 6-5 y saque, pero también ella empezó a abonarse a las dobles faltas. Le costó ir al ‘tiebreak’ y perder el mismo: 6-7 (3).

Al tercer set, con Badosa  sumando 7 dobles faltas  y,  lo peor, mirando a su box técnico quejándose de algunos movimientos al girar el tronco. Ostapenko, 10 dobles (acabó con 12), aunque envalentonada por haber frenado a la de Begur.

Tras el tercer juego del último set, Badosa pidió asistencia médica. Se descalzó los dos pies, revelando sendos vendajes compresivos en los dedos gordos. Las ampollas son muy propias de las pistas duras cuando aprieta el calor. La superficie es muy abrasiva.

La gerundense aguantó en pista pero parca de movimientos, dejándose llevar sin remisión a la conclusión del choque. No quiso abandonar. Hacia tiempo que no disputaba siete partidos prácticamente sin descanso. Un peaje en forma de desgaste a su buena racha.

Se tomará un respiro, intentará llegar en las mejores condiciones posibles al WTA 1000 de Cincinnati, paso previo al US Open. De tenis, magnífica, dominante. Simplemente, apenas podía caminar sin sentir dolor, aunque le dieran unas pastilla para el mismo. No dio tiempo a que causaran algún efecto.

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En octavos, Jelena Ostapenko se medirá a la stadounidense Taylor Townsend, que derrotó a la canadiense Martina Stakusic por 6-0 y 6-2. En Canadá ha ganado dos partidos, cerrando una dinámica negativa de sólo un triunfo en los nueve individuales previos. Se centra más en el dobles, nº 7 y campeona de Wimbledon.

Era una buena oportunidad para Paula Badosa, de haber estado en condiciones. 



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