La llegada del calor provoca la trashumancia masiva hacia las piscinas y los centros de ocio acuáticos. Ignorando, quizás, que las actividades recreativas en piscinas, spas, jacuzzis, lagos, ríos u océanos nos exponen a contraer diversas enfermedades infecciosas, que generalmente afectan al sistema digestivo, a la piel o al sistema respiratorio.

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