El Sindicato Unificado de Policías (SUP) y la organización Desokupa han anunciado un acuerdo de formación que beneficiará a 30.000 agentes. Ambas partes han confirmado que Desokupa impartirá el curso a través de su ‘Club Desokupa’, una iniciativa creada para ofrecer formación en seguridad.

Dani Esteve, líder de Desokupa, explicó que el ‘Club Desokupa’ es un curso de defensa personal muy práctico. «Vamos a enseñar a defenderse tanto a civiles como a policías. Podemos formar hasta 500 policías a la vez con 18 instructores», afirmó Esteve.

El curso, según Esteve, será homologado y puntuable, y estará abierto a cualquier persona a partir del 20 de agosto, según anunció en una publicación en X (anteriormente conocida como Twitter).

Mónica Gracia, secretaria general del SUP, calificó el acuerdo con Desokupa como «histórico». «Esto es un plus. Es un más a más. Tenemos un problema en las calles», comentó Gracia. «Hay una violencia desmedida, la autoridad se ha perdido, y los compañeros están cada vez más en riesgo. Con este acuerdo, queremos que se sientan más seguros», añadió.


Los vínculos entre Desokupa y la ultraderecha

Desokupa, una empresa española fundada en 2016, se ha convertido en un nombre conocido en el ámbito de los desalojos extrajudiciales. Su notoriedad no solo se debe a sus métodos expeditivos, sino también a sus vínculos con la ultraderecha, lo que ha generado controversia y debate en la sociedad española.

La empresa, dirigida por Daniel Esteve, un ex portero de discoteca y boxeador profesional, se presenta como una solución rápida y efectiva contra la ocupación ilegal de propiedades. Sin embargo, su discurso y acciones han levantado sospechas sobre su orientación ideológica. En varias ocasiones, Desokupa ha sido acusada de utilizar métodos coercitivos y violentos para desalojar a los ocupantes, lo que ha llevado a múltiples denuncias y condenas judiciales.

Uno de los aspectos más controvertidos de Desokupa es su relación con la ultraderecha. Esteve y su equipo han sido vistos en eventos y manifestaciones organizadas por grupos de extrema derecha, y su retórica en redes sociales a menudo refleja una postura ideológica alineada con estos movimientos. Además, la empresa ha recibido apoyo explícito de figuras políticas y mediáticas vinculadas a la ultraderecha, lo que refuerza la percepción de que Desokupa no es solo una empresa de desalojos, sino también un actor político con una agenda específica.

El caso de Majadahonda en abril de 2023 es un ejemplo ilustrativo de la controversia que rodea a Desokupa. Durante un intento de desalojo en este municipio, conocido por ser uno de los más ricos de España, se produjeron enfrentamientos violentos entre los ocupantes y los empleados de Desokupa. Los ocupantes acusaron a la empresa de utilizar tácticas intimidatorias y violentas, incluyendo el uso de perros y armas blancas. Este incidente no solo puso en evidencia los métodos cuestionables de Desokupa, sino también su capacidad para generar conflictos sociales significativos.

La conexión entre Desokupa y la ultraderecha también se manifiesta en su estrategia de comunicación. La empresa utiliza las redes sociales para difundir su mensaje y ganar apoyo, a menudo empleando un lenguaje que resuena con los sentimientos de inseguridad y frustración de ciertos sectores de la población. Esta estrategia ha sido efectiva para movilizar a simpatizantes y clientes, pero también ha atraído críticas por fomentar la polarización y el odio.

 

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