Cuando las cosas se complican, Alexia Putellas. No hay nadie que tenga más ganas de medalla olímpica que ella y la doble Balón de Oro se inventó un golazo de falta ‘in extremis’ para mandar a España a cuartos de final de los Juegos Olímpicos. La Roja venció a Nigeria por la mínima y estará en la siguiente ronda después de un último partido contra Brasil.
«No hemos hecho nada, todavía. Si ganamos a Nigeria, tenemos pie y medio en cuartos», dijo Alexia tras el debut olímpico de la selección española con victoria por 2-1 ante Japón. Esta fue la mentalidad del equipo durante los dos días de preparación. Sabían que no iba a ser fácil, que el combinado africano era hueso duro de roer. Y así fue.
Tomé salió con tres cambios en el once respecto al del otro día: entraron Oihane por Olga, Lucía García por Athenea y Teresa Abelleira por Patri Guijarro. Y para Nigeria volvió Oshoala, referente dentro y fuera del campo para sus compañeras, que se perdió el primer encuentro ante Brasil.
La cabeza contra el físico
Ambas selecciones, que se veían las caras por primera vez en categoría absoluta, mostraron sus cartas desde los compases iniciales. Nada sorprendente. Mientras que Nigeria se mantenía encerrada atrás, con defensa de cinco en bloque bajo, y buscaba el mínimo error de España para salir a la contra y hacer daño con transiciones rápidas, con balones a Oshoala, España trataba de mover el balón rápidamente para sorprender al rival y generar espacios.
Alexia, que volvió a firmar una gran actuación que ya no es casualidad y que recuerda a su mejor versión, se dejaba encontrar por sus compañeras a las espaldas de las mediocentros, para superar la primera línea de rivales y encarar directamente a puerta. Jugó algo más arriba que de costumbre para dar más facilidades a Salma.
En general, España fue más ofensiva contra Nigeria que contra Japón. Y la idea era buena, aunque el riesgo estaba en los huecos que dejaba libres atrás. Pero no estuvo acertada en ataque. Las mejores ocasiones llegaron a balón parado, con un remate de cabeza de Paredes en la salida de un córner botado por Teresa y con un libre directo de la gallega que se marchó por encima del larguero.
La más clara del primer tiempo fue, eso sí, de Alexia al filo del descanso. Otro gran centro de Abelleira que remató de primeras la de Mollet con la derecha y que logró salvar, con una mano prodigiosa, Nnadozie cuando la grada ya cantaba el gol. Y Cata Coll también fue protagonista en la otra área, después de salvar primero un disparo de Okoronkwo tras una contra y luego un mano a mano con Ajibade. A la delantera del Atlético se le escapó el control, incomodada por Aleixandri con su presencia, muy inteligente.
Cambio de cartas
Insatisfecha con lo que veía en el verde, Montse Tomé -se la escuchaba cantar a quién tenían que dirigir el balón sus jugadoras- cambió dos piezas al descanso. El partido pedía velocidad en las bandas y desequilibrio para encarar, y entraron Olga y Athenea por Oihane y Lucía García.
Y si ante Japón la entrada de Oihane por Olga cambió la cara de España, ante Nigeria volvió a dar con la tecla la seleccionadora, con el cambio a la inversa. Con la andaluza mejoró la Roja y empezó a encontrar soluciones, generando el peligro por fuera.
Rápidamente llegaron las ocasiones. Salma abrió la lata, pero su gol fue anulado por fuera de juego después de que el balón tocase en Alexia, que se dejó la piel en cada jugada. Y luego la delantera del Barça estuvo a punto de marcar en un remate, a pase de Olga, que se marchó rozando el larguero.
Siempre Alexia
Nigeria jugaba con el físico -de más a menos- y España con la cabeza, aunque empezó a precipitarse con el paso de los minutos. Las africanas renunciaron a atacar en los últimos minutos y las de Tomé buscaban sorprender con disparos lejanos. De Alexia, de Olga, de Mariona, de Aitana… incluso de Paredes. Pero el balón no entraba. Incluso Ohale sacó el esférico de la línea de gol tras un remate de Alexia, que volvió a tener la más clara.
Y finalmente llegó. Quien la sigue la consigue, que dicen. Fue obra de Alexia, a falta de cinco minutos, con un gol espectacular de falta. Con o sin intención de mandar el balón al fondo de la red, la doble Balón de Oro, que dejó boquiabierta a la grada del estadio de Beaujoire de Nantes, fue la heroína de una selección que sigue soñando con el oro olímpico