Los PIAS (Plan Individual de Ahorro Sistemático) son seguros individuales de ahorro a largo plazo. Funcionan como una hucha en la que iremos aportando primas con el fin de obtener una renta vitalicia que podrá percibirse como complemento a la pensión pública de jubilación.

La Ley 35/2006 de 28 de noviembre otorga un tratamiento fiscal especial, pero para ello el PIAS debe cumplir ciertos requisitos:

– El tomador, el asegurado y el beneficiario del seguro ha de ser la misma persona.

– Las primas satisfechas no pueden superar los 8.000€ al año, y las primas pagadas acumuladas no podrán exceder los 240.000€.

– Entre la primera prima satisfecha y el momento de constitución de la renta debe transcurrir un periodo de al menos 5 años.

A diferencia de los fondos de pensiones, la inversión en un PIAS puede deshacerse en cualquier momento, y los beneficios obtenidos tributarán como rendimiento de capital mobiliario (al 19% hasta 6.000€; al 21% hasta los 50.000€; y al 23% cuando superen los 50.000€).

Sin embargo, el atractivo de estos seguros se produce a la hora de cobrar la renta vitalicia, ya que si se cumplen los requisitos que hemos señalado, y recibimos la hucha del PIAS como renta vitalicia, la tributación sería de la siguiente manera:

– 40% si se es menor de 40 años.

– 35% si se tiene entre 40 y 49 años.

– 28% si se tiene entre 50 y 59 años.

– 24% si se tiene entre 60 y 65 años.

– 20% si se tiene entre 65 y 69 años.

– 8% si se tiene mas de 70 años.

Esto significa que si empezamos a cobrar nuestra renta vitalicia con menos de 40 años, tributaremos por el 40% del tributo que nos corresponda como rendimiento de capital mobiliario (19%, 21% y 23%). Por lo que si sacamos 40.000€ anuales de nuestra renta vitalicia, tributaremos un 8,4% ((40*21)/100) del dinero obtenido. Tendríamos que pagar 3.360€ al fisco. Y así sucesivamente hasta alcanzar los 70 años y tributar por el 8% del tributo que nos corresponda en función de la cantidad que vayamos a retirar.

Visto lo visto, los PIAS parecen unos estupendos instrumentos de ahorro. No obstante, hay que tener en cuenta varios factores que no siempre es fácil que nos aclaren las aseguradoras.

Este seguro lleva aparejado unos costes que, dependiendo de la aseguradora, podrán ser mayores o menores. Por ello, siempre es importante informarnos de la rentabilidad que está obteniendo la gestora encargada de invertir el dinero de tu PIAS, para poder restarle los gastos que este conlleve tanto por gestionarlo como por la prima del seguro, etc. (esto depende de quién comercialice el seguro). Y ver así la rentabilidad que realmente estás obteniendo.

Los beneficios fiscales de este seguro están enfocados a que se convierta en una renta vitalicia que complemente nuestra pensión pública de jubilación, de ahí que los mayores beneficios fiscales los obtengamos una vez alcanzada una avanzada edad. Por todo esto, no cabe pensar en los PIAS como el mejor medio de ahorro, sobre todo para personas jóvenes.

Además, también existen diferentes formas de recibir la renta vitalicia y, desde nuestra perspectiva, aquí esta la trampa. Pueden ofrecernos una renta vitalicia en función del capital ahorrado, manteniendo ese ahorro en una cuenta para que después lo hereden nuestros herederos (imaginamos que previa comisión por parte de la gestora).

Como siempre, hay que tener en cuenta el perfil de riesgo del inversor. El riesgo de los planes de ahorro son muy inferiores al de los fondos de inversión, lo que se traduce en una rentabilidad inferior a la que nos pueden ofrecer los segundos. En un periodo económico como el actual, en el que la renta fija está a unos niveles tan bajos, es muy posible que estos vehículos de inversión no produzcan apenas rentabilidad para un horizonte temporal de 5 años (tiempo mínimo que se necesita mantener un PIAS para obtener los beneficios fiscales). Una persona joven, que busque obtener beneficios a la hora de invertir su dinero, no debería fijarse en un PIAS, ya que la rentabilidad que este le proporcionaría le reportaría en la mayoría de los casos una inversión a pérdida.

Si los que buscas es una inversión diversificada, como capacidad para obtener retornos atractivos para un nivel de riesgo que se adecúe a tu persona, tu vehículo de inversión jamás será un PIAS. Invierte en fondos de inversión y aprovéchate de la traspasabilidad de los mismos. Con los fondos de inversión puedes obtener una inversión diversificada, que te ofrezca una rentabilidad superior a la de los PIAS, siempre que tengas un buen asesor que te busque los mejores fondos para tu perfil de riesgo.

No te dejes engañar y toma el control de tu inversión.

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