Dios salve al farolillo rojo del Tour

Dios salve al farolillo del Tour de Francia porque de él será el reino del ciclismo. No tendrá ni la atención, ni los titulares, ni las entrevistas, ni el impacto mediático que este domingo recibirá Tadej Pogacar. Seguramente su cuenta corriente tampoco será tan abultada como la del fenómeno esloveno y de igual modo, a diferencia del vencedor del Tour, tampoco tendrá la necesidad de vivir en Mónaco para reducir el coeficiente de sus pagos a Hacienda.

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