Jasmine Paolini derrotó a la croata Donna Vekic en un durísimo partido (2-6, 6-4 y 7-6 (8)) para convertirse en la primera italiana en la historia en jugar la final de Wimbledon.
La transalpina es también la primera jugadora en ocho años en encadenar final en Roland Garros y en Wimbledon, después de que lo consiguiera Serena Williams en 2016.
Paolini remontó un ‘break’ en contra en el tercer set en dos ocasiones y necesitó de tres puntos de partido para imponerse a la pegada de la croata que, pese a meter 42 golpes ganadores, cometió 56 errores no forzados.
El partido estuvo en la raqueta de la croata en varias ocasiones y perdió tres bolas de ‘break’ en el segundo set, tuvo 2-0 y pelota de rotura en el tercero, 3-1 y 4-3 y saque, además de otras dos pelotas de ‘break’, con 5-5.
Su inestabilidad, reflejada en las lágrimas que mostró en los instantes finales del set, le costó el encuentro y también desperdició un ‘mini break’ de ventaja en el super desempate.
«Ha sido muy duro, ha jugado increíble, no paraba de meter golpes ganadores. No paraba de repetirme que luchara cada bola«, dijo Paolini, que reconoció que al principio del encuentro estuvo muy mal y que fue de menos a más.
«Será un partido que recordaré toda la vida», añadió la italiana.
Paolini se medirá en la final a la ganadora de la otra semifinal, la que disputará la ganadora de 2022, Elena Rybakina, y Barbora Krejcikova, campeona de Roland Garros en 2021.