Mikel Merino fue el héroe de España ante Alemania. El realista ha pasado a la historia como antes lo hicieran Maceda en la Euro de 1984, Puyol en el Mundial del 2010 y ahora él para que España siga viva en la Eurocopa del 2024. Un golazo de cabezazo que ya queda escrito en los libros de la Roja.
Mikel tenía que ser el jugador talismán en Stuttgart, una ciudad que solo le trae buenos recuerdos. El jugador los tenía clavados en su mente y quizá ello le dio más fuerzas para impulsarse en el aire a centro de Dani Olmo y firmar un golpeo de cabeza impecable en el minuto 119 de partido.
Merino lo celebró primero con sus compañeros y, cuando se quedó solo, dio círculos alrededor de uno de los banderines del córner. ¿El motivo? Él mismo lo explicó tras el partido: «Era una dedicatoria para mi padre, quien marcó con Osasuna en este estadio y lo celebró igual».
El centrocampista echó la mirada atrás hacia un viejo recuerdo en la familia. Fue en noviembre de 1991 cuando Miguel Merino, el padre de Mikel, dio la clasificación a Osasuna para los octavos de final de la Copa de la UEFA ante el Stuttgart con una victoria por 2-3. En la ida, el partido entre el cuadro rojillo y el líder de la Bundesliga había acabado en empate (0-0).
«He cerrado el círculo», apuntó Mikel Merino añadiendo que «aquí debuté con la selección (septiembre del 2020) y he marcado este gol tan importante».
El jugador estaba en una nube y rememoró cómo vivió un gol tan especial: «Cuando remato no veo bien si la pelota puede entrar, se hizo el silencio en el estadio y fue entonces cuando me de que había sido gol«. El éxtasis fue total con todos sus compañeros abrazándose en torno a él.
Merino aprovechó para reivindicar que «se ha vuelto a demostrar que somos un equipo, una familia, que juegue quien juegue, siempre estamos al nivel. Ahora toca recuperar fuerzas y vamos a seguir con nuestro camino«.
Orgullo de Padre
Su padre, Miguel Merino, habló para la Cadena SER y dijo sentir «mucho orgullo, se lo merece porque es un luchador que lo da todo en cada momento. Ha tenido mente fría para rematar ese balón en esta Eurocopa».
Sobre la celebración y el gol en Stutgart con Osasuna, el padre de Mikel reveló que «siempre estábamos de risa con todos esos detalles. El caso era dejarlo mal. Si ya me había superado, ahora tampoco tengo la exclusividad del gol de Stuttgart. Ahora a callar la boca y a darle un beso fuerte porque se lo merece».
Miguel también espera que el gol de Mikel sirva no solo para llegar a semifinales, sino para estar el próximo 14 de julio en la gran final de Berlín.
Con Osasuna no tuvo tanta suerte. El equipo pamplonica hizo historia pasando a los octavos de final de la Copa de la UEFA, pero el Ajax se cruzó en su trayectoria y lo apeó. El cuadro de Amsterdam acabaría ganando la competición en la temporada 1991-92.
Atlético y Barça lo pretenden
En cualquier caso, Mikel ya ha hecho historia y ahora quiere subir un nuevo peldaño colgándose la primera medalla como campeón de la Eurocopa de su carrera. Aunque ya conoce la gloria con la sub’21 y la plata olímpica, quiere más. Y nada mejor que un título continental del más alto rango.
De momento, esta es su aspiración. La próxima temporada quizá le esperen otros retos mayúsculos con Atlético de Madrid y FC Barcelona pugnando por su fichaje.