No todo fue edificante ni hermoso en el partido de octavos con el que Turquía mandó a casa a Austria. Ahí están las imágenes de Merih Demiral, el autor de los dos goles turcos, con ambos brazos en alto y mostrando el símbolo de los «Lobos Grises», movimiento ultraderechista bajo observación del espionaje alemán. A esas imágenes se sumaron las de la afición austríaca, entonando el «Ausländer raus» -«Extranjeros fuera»-. Lo de Demiral generó un cruce diplomático entre Berlín y Ankara, molesto por las críticas alemanas al mensaje ultra desde el estadio, y riesgo de sanción por dos partidos de la UEFA. Lo segundo está empezando a ser un ritual racista en esta Eurocopa, repetido por diversas aficiones visitantes y a partir una pegadiza canción de Gigi D’Agostino, con el texto trastocado.

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