China ha revelado nuevos aviones militares avanzados, generando preocupación en EE. UU. sobre su capacidad tecnológica y la evolución del programa NGAD.
China presenta el H-20 y otras aeronaves de última tecnología
En semanas recientes, China presentó varios aviones militares avanzados, entre ellos dos bombarderos de distintos tamaños, un avión de combate compacto y una nueva plataforma AWACS. Este despliegue tecnológico ha captado la atención de analistas militares, quienes evalúan sus implicaciones estratégicas y los avances técnicos alcanzados por el país asiático.
A pesar de los avances de China, la Fuerza Aérea de Estados Unidos reafirma su confianza en el programa de Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD). El secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, ha señalado que el desarrollo de estas aeronaves no cambiará la estrategia actual de EE. UU. El programa, detenido en el verano de 2024 para una revisión, se ha dejado en espera de la próxima administración.
Entre las aeronaves chinas reveladas, destaca el H-20, un bombardero furtivo de largo alcance que podría compararse con el estadounidense B-21 Raider. Por su parte, el JH-XX, de tamaño mediano, incorpora tecnología avanzada para la guerra electrónica y ataques de precisión. Además, la nueva plataforma AWACS busca optimizar la coordinación y el conocimiento del campo de batalla, reflejando el esfuerzo de China por consolidar una fuerza aérea tecnológicamente avanzada.
Datos clave sobre los nuevos aviones chinos
- El H-20 podría rivalizar con el B-21 Raider en alcance y capacidad de carga útil.
- El JH-XX es una aeronave versátil diseñada para múltiples roles, desde ataques de precisión hasta guerra electrónica.
- La nueva plataforma AWACS mejora la capacidad de coordinación y conocimiento en tiempo real en el campo de batalla.
- Estos avances reflejan un enfoque estratégico de China hacia el dominio del Indo-Pacífico.
Kendall defiende la estrategia del programa NGAD
En una entrevista reciente, Frank Kendall destacó que el programa NGAD permanece en pausa para garantizar que la nueva administración evalúe adecuadamente su futuro. Según Kendall, “mantener el espacio comercial abierto fue una estrategia prudente” debido a los elevados costos del programa y otras prioridades críticas de la Fuerza Aérea.
Kendall destacó que los avances tecnológicos de China ya se consideran en las estrategias estadounidenses, y que el programa NGAD deberá ser evaluado frente a iniciativas como la defensa de bases aéreas y capacidades antiespaciales. La reevaluación también se justificó por las dudas de los principales operadores sobre si el diseño actual del NGAD es el más adecuado para reemplazar al F-22.
Con costos multimillonarios y décadas de compromiso, Kendall advirtió que el programa NGAD no puede permitirse errores estratégicos. “No tendremos otro programa de sexta generación en el futuro próximo, así que debemos maximizar nuestras capacidades operativas con los recursos disponibles”, añadió.
El impacto estratégico de las nuevas aeronaves chinas
Los analistas coinciden en que el H-20 extiende significativamente el alcance de ataque de China, mientras que el JH-XX ofrece flexibilidad en misiones críticas. Estas aeronaves, combinadas con la nueva plataforma AWACS, refuerzan la capacidad de China para ejecutar operaciones coordinadas en múltiples dominios.
La integración de estas tecnologías en la estrategia militar china apunta a contrarrestar la influencia estadounidense en la región del Indo-Pacífico. Además, el énfasis en la guerra centrada en la red subraya un cambio en las tácticas militares que desafía el dominio tecnológico de EE. UU.
El programa NGAD, por su parte, deberá adaptarse rápidamente a estas nuevas amenazas. Los próximos meses serán cruciales para definir cómo Estados Unidos enfrentará los avances tecnológicos de un adversario en constante evolución.
La asequibilidad y el futuro del programa NGAD
Kendall reconoció que, además de los costos, el cambiante panorama de amenazas ha influido en la reevaluación del NGAD. Según él, los expertos han considerado alternativas más económicas y versátiles para complementar las operaciones del programa.
“Evaluamos varias ideas fuera de lo común, incluyendo capacidades multifuncionales más económicas”, afirmó Kendall, quien también destacó que algunas de estas opciones podrían implementarse de manera independiente en el futuro.
El secretario subrayó la importancia de garantizar que el NGAD cumpla con los requisitos operativos más avanzados. “Debemos asegurarnos de que este avión sea el adecuado para las misiones futuras y ofrezca una ventaja tecnológica real frente a las amenazas emergentes”, concluyó.
Con los avances tecnológicos de China como telón de fondo, las decisiones estratégicas sobre el NGAD definirán el futuro de la superioridad aérea de Estados Unidos y su capacidad para mantener su ventaja en un entorno global cada vez más competitivo.