Carmela y sus hijos ya se han instalado en América. Todos han encajado bien con el nuevo marido de la granjera, Matteo Schiavon, quién parece ser buen hombre. Eso sí, los Carrizo tienen claro que se trata de un matrimonio por poderes y que nunca lo verán como su padre.

Carmela aprovecha una borrachera de su marido en la que le insinúa que quiere su amor, para dejarle claro que nunca lo verá como una pareja. “Nosotros seremos como hermanos. Siempre como hermanos”, le deja claro la granjera a Schiavon, a pesar de que está dispuesta a apoyarlo y cuidarlo cuando lo necesite.

“Pase que seamos hermanos, aunque me tiene que jurar que en su corazón nunca habrá sitio para ningún otro”, le pide Schiavon a Carmela. Ella le asegura que cumplirá su petición, sobre todo porque sigue sin olvidar a su difunto marido, Turi. ¿Conocerá Carmela a algún hombre que llame su atención?

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