La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este sábado la muerte de al menos una veintena de manifestantes a manos de las fuerzas de seguridad de Kenia, que «dispararon directamente contra la multitud», durante las protestas de esta semana en ciudades y pueblos de todo el país contra su presidente, William Ruto, por una reforma económica que incluía el aumento del coste de bienes básicos.
«Disparar directamente contra la multitud sin justificación, incluso cuando los manifestantes intentan huir, es completamente inaceptable según el derecho keniano e internacional», ha señalado el director asociado para África de Human Rights Watch, Otsieno Namwaya.
En un comunicado, la organización ha instado a las autoridades de Kenia a tomar medidas «inmediatas» para investigar el «uso excesivo de la fuerza» por parte de la Policía y, en particular, los «asesinatos» de más de una veintena de personas que protestaban contra el proyecto gubernamental que implicaba aumentar el coste de muchos bienes y servicios esenciales. Asimismo, ha recordado a las autoridades kenianas que es su deber «garantizar que los organismos de seguridad desplegados en las protestas protejan el derecho a la protesta pacífica». «Ya no se puede tolerar la impunidad de la violencia policial«, ha añadido Namwaya.
Estas declaraciones llegan después de que el Tribunal Supremo del país haya ratificado este jueves la decisión del Gobierno de desplegar al Ejército para reforzar las tareas de la Policía a fin de contener las fuertes protestas que vienen registrándose en localidades de todo el país.
Ese mismo día, las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos contra los manifestantes -en su mayoría jóvenes de entre 18 y 35 años, según HRW- que volvieron a salir a las calles en Nairobi, a pesar de que el presidente William Ruto -quien los había calificado de «traidores» y «delincuentes organizados»- decidiera descartar la promulgación de la reforma económica que había suscitado la polémica.
El martes, mientras el Parlamento estaba reunido, la Policía abrió fuego contra los participantes en las protestas, dejando, según HRW al menos 30 muertos y al menos 165 heridos, la mayoría de ellos con «traumatismos por objeto contundente al ser alcanzados por proyectiles de impacto cinético y heridas de bala». Por otra parte, varias personas han denunciado ante HRW la desaparición de sus familiares.
Human Rights Watch ha llamado a los socios internacionales del país africano a que continúen «vigilando activamente la situación» y a que presionen a las autoridades kenianas para que investiguen «de forma rápida, pero creíble y transparente» los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad, una acción que ya ha emprendido la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia. Con este mismo fin y para supervisar la crisis, la ONG ha invitado a organismos como la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y los relatores especiales de Naciones Unidas a que soliciten «visitar Kenia».