La inminente celebración de las fiestas del Orgullo LGTBI en Madrid, y con la reciente polémica del cartel desplegado por el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida, han traído de vuelta la relación del Partido Popular con el movimiento, así como el origen de la propia festividad en la capital. Ante las críticas esgrimidas por el colectivo, el alcalde ha salido en defensa de la acción de su partido, llegando a señalar que fueron los populares los primeros en salir en su defensa.

“El Orgullo nace con José María Álvarez Manzano y crece con Gallardón”, una afirmación esgrimida este lunes a la que ha sumado con que “el World Pride Gay lo trae Ana Botella a Madrid”, unas últimas palabras que pierden fuerza por sí solas teniendo en cuenta que desde hace años se llama World Pride LGTBI.


Los datos que desmontan a Almeida

Lejos de esta postura, lo cierto es que el PP de Madrid protagonizó varios intentos por tumbar las celebraciones y reivindicaciones del colectivo LGTBI. Para empezar, las primeras fiestas datan de 1978, cuando el 25 de junio de aquel año unas 7.000 personas se echaron a la calle para conmemorar la primera fiesta que se consideró como propiamente del Orgullo en la capital, organizada por el Frente de Liberación Homosexual de Castilla. Una fecha que queda bien distanciada del inicio del mandato de Manzano, al que Almeida hizo alusión, ya que comenzó en 1991.

Cabe recordar que los inicios del Orgullo no se daban como ahora en el corazón de Madrid, sino que se quedaban recogidos en el emblemático barrio de Chueca, convirtiéndose en el punto de encuentro del colectivo LGTBI a partir de la década de los 80, coincidiendo a su vez con la Movida Madrileña.

Ya en 1997, cuando el PP entra a tomar las riendas del Ayuntamiento de Madrid y año en el que comenzaron a desfilar las primeras carrozas, aunque el mérito fue íntegro de las asociaciones del colectivo.

Después, la alusión de Almeida a Gallardón diciendo que el Orgullo creció durante su mandato también se viene abajo tirando fácilmente de la hemeroteca. Su antecesor al frente de Cibeles, cuya dirección duró ocho años, llegó a prohibir en 2011 que se instalase un escenario en la plaza de Chueca durante estas fiestas. Como respuesta ciudadana, se convocó una manifestación a pie de calle y que acabó en un enfado traducido en cacerolada y persecución contra Gallardón al grito de “¡Fuera, fuera!”. El alcalde tuvo que ser escoltado por la Policía hasta su domicilio.

Por consiguiente, Ana Botella tampoco tuvo un papel relevante en lo que concierne a la visibilidad del Orgullo LGTBI. Allá por 2017, el Ayuntamiento invirtió en torno a dos millones de euros, lo que supone una cifra prácticamente testimonial, ya que las fiestas de aquel año generaron en torno a 300 millones de euros, obra y esfuerzo de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) y por el que se formalizó el cambio a World Pride LGTBI. El papel de los populares de Botella al respecto fue meramente representativo.

Por su parte, en los cinco años de mandato al frente de Cibeles, Almeida tampoco ha puesto las cosas fáciles en favor del colectivo LGTBI. En 2019, la dirección municipal del PP puso sendas trabas a la campaña institucional del Orgullo, tal y como denunció a su vez la oposición de Más Madrid. Más adelante, en 2021, el escenario fue similar, cuando la imagen propuesta por el Consistorio reflejó unos colores y un diseño que en poco se parecían a los motivos del Orgullo, lo que se tradujo en otro intento de boicot por parte del PP, según denunció el colectivo.

Sin ir más lejos, una imagen de mismas características se repitió el año pasado, en 2023, cuando con el cartel ‘Muestra tu Orgullo’ impulsado por el Ayuntamiento mostró otras insignias de reivindicación en las que no había ni rastro de la bandera arcoíris habitual. Mismo escenario el que se ha dado este año, con carteles oficiales en los que sólo aparecen condones, alcohol y tacones, distando así de la esencia y el motivo reivindicativo de estas fiestas.

Para más inri, Almeida lleva sin colgar la bandera LGTBI en el Ayuntamiento desde 2019.

Críticas de Almeida a la izquierda: «Tienen que decir que soy homófobo»

Pese a este tirón de la hemeroteca y devolviendo el foco de atención a la polémica actual que han suscitado los carteles del Ayuntamiento para el Orgullo LGTBI 2024, Almeida ha aprovechado a su vez para cargar contra la oposición: “Cada vez que llega el Orgullo tienen que montar el pollo. Lo llevan haciendo los cinco años que llevo de alcalde. Tienen que decir que soy homófobo, que esto va a ser un apocalipsis de la homofobia. No estoy ni con los que quieren mandar el Orgullo a Casa de Campo ni con los que patrimonializan el Orgullo como si fuera una cuestión exclusivamente suya y de tinte ideológico”, ha reprochado.

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