Los restauradores de la Llotja han retirado el contencioso-administrativo que pusieron la pasada legislatura contra el Ayuntamiento de Palma por recortar el espacio que tenían para terrazas. A cambio, el Consistorio ha aceptado otorgarles más metros de ocupación de la vía pública. De este modo, termina la guerra judicial que los empresarios mantenían abierta contra Cort, pero no la reclamación de daños y que puede costar varios millones de euros a las arcas municipales.
Tampoco se acaba la polémica, al contrario. La Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma celebrará hoy una rueda de prensa para denunciar el «acuerdo extrajudicial» que han alcanzado Cort y los restauradores y cuyos efectos, consideran los vecinos, van más allá de la Llotja.
Tal como denunciarán hoy, Cort ha dispuesto «una ampliación general» de terrazas que ubican en la Llotja, Drassanes, Banc de s’Oli, Rambla, el Born y Nuredduna. En este último caso, consideran que la reordenación aprobada por el Consistorio para desplazar sillas y mesas al centro para cumplir con la normativa en accesibilidad dará pie a más ocupación.
Tanto el Ayuntamiento como los restauradores negaron ayer que se haya llegado a un «acuerdo extrajudicial». En todo caso, hablaron de «desestimiento» del contencioso-administrativo que los empresarios de la Llotja pusieron contra la decisión del anterior equipo de gobierno de izquierdas de recortarles el espacio para terrazas.
En el Consistorio han recibido con alivio la retirada de la demanda. Hay que recordar que Cort se enfrenta al pago de entre cuatro y cinco millones de euros a los restauradores en concepto de daños porque el anterior equipo de gobierno también les recortó el horario de cierre por la noche. El Ayuntamiento perdió aquella batalla judicial en primera y segunda instancia, y los empresarios le reclamarán el pago de las horas que dejaron de facturar porque tuvieron que adelantar el cierre.
En Cort existía el convencimiento de que los restauradores también iban a apuntarse una victoria judicial en la demanda por el recorte de la ocupación de las terrazas que habría supuesto una nueva factura de entre cuatro o cinco millones de euros.
La Llotja, de 136 metros cuadrados a 189
En este sentido, en el Ayuntamiento no ocultan que, en el caso de la Llotja, han dado más metros de terraza a los empresarios para calmar los ánimos y persuadirles de que abandonaran la batalla judicial.
En todo caso, los restauradores no están completamente satisfechos y advierten de que quieren más. «Si antes teníamos diez mesas, el anterior equipo de gobierno nos dejó cuatro y este nos ha dado seis. Seguimos lejos de donde estábamos», señalan.
Tal como publicó este diario, Drassanes sumará una terraza a las ocho que ya están autorizadas, y pasará de 113 metros cuadrados de superficie a 139. En Banc de s’Oli a las tres terrazas permitidas se une una cuarta, por lo que la ocupación pasa de 27 metros cuadrados a 36. En la Llotja la superficie destinada a estos elementos pasa de 136 metros cuadrados a 189. Y en la Rambla se pasa de 146 metros cuadrados a 174.
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