Los restauradores de la Llotja han retirado el contencioso-administrativo que pusieron la pasada legislatura contra el Ayuntamiento de Palma por recortar el espacio que tenían para terrazas. A cambio, el Consistorio ha aceptado otorgarles más metros de ocupación de la vía pública. De este modo, termina la guerra judicial que los empresarios mantenían abierta contra Cort, pero no la reclamación de daños y que puede costar varios millones de euros a las arcas municipales.

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