Felipe VI sigue este lunes su gira por los países bálticos. Se ha despertado en Tallin (Estonia) y sobre las once ha aterrizado en Vilna (Lituania) para entrevistarse con sus autoridades y, por la tarde, visitar a los 150 militares españoles que están destacados en la base de Siauliai, al noroeste de la capital, bajo el mando de la OTAN. Allí, donde está la Policía Aérea del Báltico (BAP, en sus siglas en inglés), asistirá a un simulacro de interceptación de un avión no identificado de Rusia.
En Siauliai, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y toda la delegación que le acompañaba tuvieron un percance en julio de 2021. Estaban asistiendo a esa mismo simulacro que este lunes verá el Rey cuando dos aparatos rusos sin identificar entraron en el espacio aéreo de la Alianza. En ese momento se lanzó un aviso de amenaza real y de Sánchez y el presidente lituano, Gitanas Nauséda, que estaban compareciendo en ese momento ante la prensa, tuvieron que interrumpir sus discursos.
Misión desde 2004
España contribuye de manera permanente en la base de Siauliai con 150 militares. La misión de la BPA es puramente defensiva y cubre las carencias en materia de defensa de los países bálticos (Estonia, Lituania y Letonia, los tres territorios que visita el jefe del Estado este viaje). Esta policía aérea empezó su andadura en 2004, cuando las tres exrepúblicas soviéticas entraron en la OTAN y la Unión Europea. España empezó a participar en la misión en 2006 e intensificó su colaboración a partir de 2014 cuando Rusia invadió la península de Crimea (2014).
El Ejército español participa en la BPA en estos momentos con ocho aparatos F-18 y sumó la pasada semana un A-400 para reabastecimiento en vuelo. La misión actual empezó el pasado 1 de abril y acabará el 1 de agosto, fecha en que los españoles serán relevados por militares italianos.