Llega el verano y con él, las vacaciones. Ansiadas por unos y temidas por otros. Eva tiene dos hijos y es madre soltera, para ella, estas fechas se hacen aún más cuesta arriba, “no hay dos salarios, como en el caso de las familias con dos progenitores, ni tampoco un salario y otra persona que cuide. En mi caso, todo depende de mí”, cuenta esta madrileña a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Nos recibe en su casa junto a Zoe, de cinco años, y Leo de tres. No es casualidad que todos sus nombres tengan tres letras “soy una romántica para esas cosas”, relata entre risas. Este es uno de los muchos detalles con los que Eva llevaba soñando desde que tenía claro que quería ser madre, pero enamorarse no estaba en sus planes, así que decidió emprender la aventura por su cuenta.
Se inseminó la primera vez en 2019 cuando tenía 34 años, y se quedó embarazada enseguida. Al poco de tener a su primera hija empezó a buscar el segundo, “vengo de una familia en la que somos seis hermanos, y yo no quería que Zoe fuera hija única, para mí era importante que supiese lo que es tener un hermano”, cuenta. Así que dos años más tarde llegó Leo, en un parto de riesgo porque nació solo con 35 semanas. Por delante le esperarían nueve días en la UCI y decenas de viajes entre su piso y el hospital, “recuerdo pasar el día prácticamente en la moto para ir a casa a darle de mamar a la mayor y volver para estar con el pequeño”, comenta. Fue ahí, donde notó la primera dificultad, “sentí que quería llegar a todo y no podía”, añade.
Por suerte no le faltó el apoyo de su familia y de sus amigos, que estuvieron a su lado desde el momento en que tomó la decisión de ser madre soltera. “Socialmente he tenido que escuchar comentarios muy feos como: «Eres una solterona que se va follando a cualquiera»”, pero afortunadamente son los menos frecuentes”. Tampoco le ha faltado el cariño de la red de mujeres de la Asociación Madres Solteras por Elección (AMSPE), un organismo que nació en 2007 para dar visibilidad a las familias monoparentales. Tal y como explica una de sus portavoces a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del mismo grupo editorial, Alazne Páramo, “es necesario tener ayuda cerca porque la conciliación es uno de los retos más complicados, y las medidas por parte del gobierno no llegan”.
Ley de familias
En marzo de 2023, la nueva Ley de Familias fue aprobada en el Consejo de Ministros, incluyendo medidas como varios permisos laborales para ayudar a los hogares en el cuidado de los niños, dependientes o convivientes. Sin embargo, no reflejaba supuestos concretos para este modelo de familia. El principal déficit es que la norma equipara las familias con un solo progenitor y dos o más hijos a las familias numerosas, para que gocen de los mismos beneficios fiscales y ayudas, lo que beneficiará a 300.000 hogares, pero deja fuera a los que tienen un solo hijo,“nos excluyen a la mayoría, ya que el 70% de nosotras tiene un único hijo”, explica Páramo.
Tampoco permite a las madres y padres solos acogerse a un doble permiso por nacimiento, de 32 semanas, de forma que sus hijos no se vean discriminados frente a las familias biparentales, que sí tienen esas 32 semanas de cuidados paternales, dado que cada progenitor puede acogerse a 16 semanas tras el nacimiento. “Nuestros hijos están en desventaja desde que nacen, por lo que muchas mujeres se ven obligadas a pedir una reducción de jornada para poder cuidar a sus bebés”, relata la portavoz.
Ella misma se ha enfrentado a esta situación, ya que tiene una hija de 4 años, y en su momento tuvo que pedirse una reducción de jornada para estar con ella. A Eva le ocurrió igual, “si no no podía recoger a los niños de la guardería, y no me podía permitir contratar a alguien para que fuera a por ellos. Lo peor de la media jornada es que empecé a cobrar 800 euros al mes y con eso no podía vivir”, relata. Las vacaciones las enfrentan con la misma problemática, “tienes que adaptar las tuyas a la de los niños, o llevarlos a campamentos, colonias… y todas esas actividades son muy caras”, argumenta Alazane. Una situación que no es exclusiva en las familias monoparentales, donde las mujeres en muchas ocasiones son las que deciden cogerse una excedencia para cuidar de sus hijos durante las 10 semanas que dura aproximadamente el periodo sin colegio.
Según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, entre junio y septiembre de 2022 se concedieron 22.173 excedencias para cuidado de menores, de las que más de 19.000 (el 88,7%) las solicitaron mujeres. En todo 2022 hubo 59.446, un 88,9% para ellas y solo un 11,1% para ellos. “En nuestro caso la conciliación no existe, la vida está hecha para parejas: el alquiler, los envases de la comida, la luz, el agua…”, relata Colera.
Aumenta la congelación de óvulos
La cara b de este escenario, es que a pesar de las dificultades, son cada vez más las mujeres que deciden ser madres solteras. Los datos lo demuestran: hace diez años en España 628 mujeres congelaron óvulos y el año pasado fueron 2.570, es decir se ha multiplicado la cifra por tres. Diversos estudios marcan una horquilla de entre el 70 y el 80% de mujeres que tendrían hijos cuando se acercan a los 30 y retrasan esa decisión porque el marco laboral y económico no las acompaña.
Es más, la última Encuesta de Fecundidad realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) -correspondiente a 2018 y que no se elaboraba desde 1999- concluye que las dificultades para conciliar la vida familiar y laboral y los problemas económicos por los bajos salarios hacen que las españolas retrasen su maternidad una media de 5,2 años respecto a la edad en la que tenían previsto tener su primer hijo y que, además, tengan menos hijos de los deseados.
“No he conocido unas propuestas reales para que la conciliación exista, o tienes familia cerca o no puedes, porque la necesitas”, cuenta Eva. Lo mismo opina Alazne, que confía en que el gobierno tome cartas en el asunto y escuchen las enmiendas que han hecho desde la AMSPE, “a nivel social no hay ningún tabú, pero jurídicamente estamos muy desamparadas, No hay reconocimiento ni apoyos”, sentencia.