La sobreprotección a la que están sometidos hoy en día los niños y jóvenes en el mundo real contrasta con la desprotección a la que se enfrentan en las redes y en su realida paralela, la virtual. La neuróloga del Hospital Santa Lucía de Cartagena María Cerdán considera que no hay un equilibro en este sentido y los padres no son conscientes en muchas ocasiones de que ni con el control parental se puede estar seguro, ya que «en muchos casos ni funciona«.
Cerdán participó ayer en la Jornada Pantallas en la infancia y en la adolescencia: una cuestión de salud pública, celebrada en el Colegio de Médicos de la Región de Murcia y en la que estuvo junto a especialistas sanitarios como la decana del Colegio Oficial de Psicología, María Fuster; la pediatra y vocal de la Asociación de Pediatría Extrahospitalaria de la Región de Murcia (Apermap); y el psiquiatra de Cartagena Santiago Pina.
«Internet es una barra libre y pueden tener acceso a cualquier página. No hace falta que un menor busque información sobre pornografía, muchos niños acceden a contenidos sexuales sin querer, se los encuentran ahí«, afirma la neuróloga del hospital de Cartagena.
Sobre el tiempo recomendado para que el uso no se convierta en abuso, la doctora Cerdán apunta que la OMS es tajante. «La recomendación es cero pantallas en menores de 2 años», al tiempo que insiste en que «ver a un niño en el carrito con el móvil debería chirriarnos como nos pasa cuando vemos a una embarazada fumando».
Junto a María Cerdán también se sentó ayer en la jornada del Colegio de Médicos la pediatra cartagenera Cristina Contesotto, quien reconoce asistir asombrada al aumento de uso de dispositivos electrónicos entre los menores, y cada vez a edades más tempranas.
Sin embargo, no se trata de un problema que preocupe a los padres ni que éstos planteen en las consultas cuando van a ver al pediatra. «No son conscientes del problema, ni se lo plantean. Somos nosotros, los médicos, los que vemos que cualquier incidente o el más mínimo llanto siempre se resuelve con las pantallas».
Para Contesotto ésta es la ‘soledad conectada’, como cuando los chicos quedan en un parque y cuatro o cinco amigos están sentados en un banco sin mirarse a la cara, usando cada uno su móvil y sin interactuar entre ellos.
Aburrimiento necesario
Diversos especialistas coinciden en que el aburrimiento es necesario, el aburrimiento es la cuna de la creatividad. «Pero no les permitimos que se aburran, quieren estar todo el tiempo distraídos con pantallas y así no aprenden a reaccionar ante situaciones diarias y se frustran».
Tanto neurólogos como pediatras no están de acuerdo con el abuso que se hace también de las pantallas en el ámbito educativo, tanto en colegios como en institutos. «El problema de digitalizar la educación es que por la mañana los niños se pasan horas delante de una pantalla y por la tarde también, lo que lleva a que pierdan la capacidad lectora y el vocabulario», afirma Cristina Contesotto.
Coincide también en ello la doctora Cerdá, quien recuerda que el abuso de las pantallas tiene efectos a nivel físico, social y mental. Los niños desarrollan problemas de sueño, hay más diagnósticos de TDAH, mayores tasas de obesidad como consecuencia del sedentarismo, lo que también lleva a más riesgos cardiovasculares. Y a esto se suman las lumbalgias por la malas posturas y los problema en el lenguaje.
«Cuando detectamos un problema del leguaje, lo primero que hacemos es retirar las pantallas y volver a citar al niño en consulta un tiempo después. El cambio es increíble. No necesitan pantallas sino padres que estén disponibles y que estén más presentes, que no estén tan pendientes de las labores de la casa y presten atención a sus hijos, ya que esta atención es fundamental en los primeros años de vida», insiste la pediatra.