En todo este ruido que se ha montado con el fichaje de Broncano destaca la irritación que en algunos ha provocado el montante dinerario. Los 14 millones al año que va a pagar TVE por el contrato a Mediapro / El Terrat / Encofrados Encofrasa vienen a significar algo más de 80.000 euros por cada programa. Hay quien lo considera intolerable.
Es una apreciación subjetiva. Carece de contraste. No contemplan, o no saben, lo que destina TVE a la compra de programas. Tres ejemplos nada más. Por ese fracaso llamado ‘Baila como puedas’ TVE paga 600.000 euros por programa y consigue un 4,5% de cuota de pantalla. Por la nueva serie que acaba de estrenar, ‘Operación Barrio Inglés’, la factura a pagar son 714.113,65 euros por capítulo, y ha conseguido en su debut un 5,8% de cuota de pantalla. El remodelado programa de famoseo ‘D Corazón’ a TVE le cuesta 60.898 euros por entrega y se mueve alrededor del 6,5% de cuota de pantalla.
Podríamos seguir hasta agotar los más de 500 millones que TVE dedica al año a programas (los otros 500 van al pago de la nómina de sus 6.550 empleados). De modo que, vistos los datos, no parece que el contrato de Broncano sea tan exagerado. Aquí lo tremendo es la falta de acierto, la nula efectividad, de TVE. Su audiencia cae en picado desde hace por lo menos 10 años. O sea, esta corporación pública maneja el dinero de una forma que en lugar de invertirlo parece que lo gasta. Deseo que Broncano les proporcione buenos resultados. Pero no deja de ser un parche en esta descosida realidad.
Se especula ahora sobre una última genialidad: TVE estaría estudiando recortar el ‘Telediario’, y en lugar de 55 minutos dejarlo en 40 o 44. Circula el rumor de que, si lo hace, será para darle más minutos a Broncano. O quizá alguien ha llegado a la conclusión de que si las ‘Noticias’ de Antena 3 les doblan en ‘share’ y en ‘rating’, y tienen una duración de 30 minutos, la fórmula del éxito consiste en recortar el minutaje. ¡Ah! Provoca ternura tanta ingenuidad. No es lo que dura un informativo lo importante, sino lo que en él se cuenta, y cómo se cuenta, para que atrape. Vayan con cuidado. A lo peor alguien poderoso pensará que ante la poca audiencia, y escasa influencia, de los ‘Telediarios’, lo mejor es dejarlos en modo estrambote. “Caló el chapeo, requirió la espada, miró al soslayo, fuese, y no hubo nada”.