Alfonso Rueda inicia su segunda etapa como presidente de la Xunta. Lo eligió para el cargo el Parlamento con los 40 votos del PP, los 34 en contra de BNG y PSOE y la abstención de Democracia Ourensana –partido que se estrena en la Cámara–. El sábado tomará posesión y el domingo comunicará la composición de su nuevo gobierno sobre cuya estructura dio otro avance. Asumirá directamente bajo su control la supervisión y coordinación de todos los proyectos industriales estratégicos y de la gestión de fondos Next Generation de la UE. Para ello creará una oficina económica específica. Su intervención, en la segunda y última jornada de la sesión de investidura, dejó también algunas cosas claras, como que mantendrá la intensidad del desencuentro con el Gobierno central y que el Bloque es el enemigo a abatir y el PSOE, un mal menor. También intervinieron los partidos de la oposición, que pusieron sobre la mesa nueve ofertas de pacto. No prosperó ninguno ni se espera que pueda hacerlo a lo largo de la legislatura pues no hubo el más mínimo punto de consenso, como tampoco llegó a puerto el ofrecimiento de Rueda, el pasado martes, de un gran acuerdo sobre política industrial y energética.