En el transcurso de la vida diaria, nos encontramos con desafíos aparentemente menores pero molestos, como el persistente olor a humedad en la ropa cuando la secamos dentro de casa. Este problema, que puede parecer intrascendente, suele afectar la frescura y la calidad de las prendas, generando una sensación incómoda y desagradable al vestirlas.