Levantarse a primera hora de la mañana, subirse al primer avión a Ibiza y saltar al autobús para poder entrar puntual a su lugar de trabajo. Hacer lo mismo de regreso al terminar la jornada laboral. Las prisas marcan la rutina de los docentes que residen en Mallorca y a quienes les han asignado una plaza en Ibiza. Los altísimos precios de los alquileres hacen que les sea más rentable volar a diario.