El último órdago de Yolanda Díaz para viajar a Palestina amenaza con reducir sus planes a un traslado informal y sin el carácter oficial que pretendía darle la vicepresidenta segunda del Gobierno. Nunca antes en lo que va de legislatura la ministra de Trabajo había llevado tan lejos un pulso con el ala socialista, y después de que Moncloa rechazara sus pretensiones de desplazarse al epicentro del conflicto en Oriente Próximo, la dirigente dio este martes un ultimátum: acudirá a Palestina con o sin el aval del Gobierno. Pero, lejos de surtir efecto, el último aviso ha vuelto a ser desoído por el ala socialista, que empuja ahora a la dirigente de Sumar a replantear sus intenciones.
Yolanda Díaz volvió a asegurar este martes que acudirá a Ramala, la sede del Gobierno palestino, para reunirse con el ministro de Trabajo, y que este mismo mes pondrá fecha a la cita, independientemente de la disposición del Ministerio de Exteriores a la hora de organizar el viaje. «Si no contamos con ese apoyo, iremos igual», defendió en una entrevista en ‘Al Rojo Vivo’, donde achacó el retraso del traslado a la dimisión en bloque del anterior Gobierno palestino.
Un viaje «peligroso»
No es la primera vez que la dirigente se refiere a la posibilidad de acudir sin el apoyo logístico del Gobierno, y ya a principios de marzo presionó al departamento de José Manuel Albares para que colaborase en la preparación, aludiendo al elevado riesgo de la expedición. «Me gustaría que el Ministerio de Exteriores nos ayude en este viaje, sobre todo porque es peligroso«, apuntó el 1 de marzo en otra entrevista, insistiendo en que se trataría de algo de carácter oficial y en representación del Gobierno. «Es importante el gesto porque es una vicepresidenta que va a visualizar lo que está pasando allí, y es una auténtica oportunidad». Una oficialidad que a día de hoy está en duda.
Las presiones de Díaz a Albares cayeron entonces en saco roto y ahora la líder de Sumar da un paso más y reta a Moncloa a permitir que un viaje de esas características, y marcado por la inseguridad, pueda llevarse a cabo sin el apoyo logístico apropiado ni cobertura oficial. Pero en el ala socialista del Gobierno desoyen el ultimátum de Díaz y rebajan de nuevo sus pretensiones, insistiendo desde Exteriores en que «no se está preparando ningún viaje a Palestina de la vicepresidenta».
«Todo el Gobierno está representado en la posición sobre Palestina que expresa el presidente del Gobierno y el Ministerio de Exteriores», añaden las fuentes diplomáticas, desautorizando a la dirigente gallega y desdeñando las consideraciones del socio minoritario de la coalición, que ha tratado de marcar un perfil propio en esta materia.
Las opciones
El veto que de momento mantiene Moncloa obliga ahora a la dirigente gallega a reconsiderar sus planes y tomar una decisión. La primera opción consiste en mantener su órdago hasta el final y acudir a Oriente Próximo en calidad de líder de Sumar, y no como representante del Gobierno de España. Esto permitiría acusar la falta de implicación del PSOE con la causa palestina o, llegado el caso, responsabilizarle de cualquier incidente que pudiera suceder a lo largo de a expedición. Pero la complejidad y los riesgos del viaje sin el apoyo gubernamental abren también la posibilidad de renunciar a sus pretensiones y dejar morir sus planes, aplazándolos ‘sine die’. Un desenlace que supondría todo un fracaso para Yolanda Díaz en el principal pulso que ha abierto en el seno de la coalición.
La pugna por abanderar la causa palestina se ha convertido en un importante campo de batalla para la líder de Sumar, que disputa a Pedro Sánchez el liderazgo en la defensa del pueblo palestino frente a Israel.
El pasado 7 de octubre, Hamás atacó Israel y mató a 1.200 israelíes; el Ejército israelí ha lanzado una ofensiva total contra Gaza y ha acabado con más de 32.000 personas, en su mayoría, niños.
La pugna comenzó a mediados de febrero, cuando anunció por primera vez su intención de visitar a su homólogo palestino y, desde el terreno, «denunciar la barbarie que se está produciendo y exigir un alto al fuego ya en Palestina», como ella misma explicó. El movimiento fue repelido de inmediato por el Ministerio de Exteriores de José Manuel Albares, que negó estar preparando un viaje de estas características; en una versión que sostiene a día de hoy.
Aquella declaración de intenciones de la líder de Sumar llegaba poco después de la gira de Pedro Sánchez a Israel, Palestina y Egipto, en la que no descaró el reconocimiento unilateral del Estado palestino. Pero la vicepresidenta segunda del Gobierno quería abrir camino a nivel internacional, empleando su papel en el Gobierno para exhibir el apoyo de España a Palestina a través de un viaje que, a diferencia del que hizo el presidente, solo contemplaría uno de los frentes del conflicto. Un protagonismo que en Moncloa se niegan a concederle.