El último órdago de Yolanda Díaz para viajar a Palestina amenaza con reducir sus planes a un traslado informal y sin el carácter oficial que pretendía darle la vicepresidenta segunda del Gobierno. Nunca antes en lo que va de legislatura la ministra de Trabajo había llevado tan lejos un pulso con el ala socialista, y después de que Moncloa rechazara sus pretensiones de desplazarse al epicentro del conflicto en Oriente Próximo, la dirigente dio este martes un ultimátum: acudirá a Palestina con o sin el aval del Gobierno. Pero, lejos de surtir efecto, el último aviso ha vuelto a ser desoído por el ala socialista, que empuja ahora a la dirigente de Sumar a replantear sus intenciones.