Esquerra Republicana de Cataluña lleva años intentando independizarse del independentismo, para alivio de sus moderados y desesperación de sus integristas. Bajo la coartada de «ensanchar el campo soberanista», ERC encabeza la larga marcha atrás, donde hasta la peregrina propuesta de referéndum domado de Pere Aragonès se despacha como una broma adolescente. Por supuesto, la pretensión de abandonar sin rasguños un desafío al Estado hobbesiano es tan absurda como salir indemne de una relación sexual, léase a Darian Leader en Nunca es solo sexo.