El exceso de consumo de ropa es uno de los principales impactos ambientales que sufre el planeta, por el brutal consumo de agua que supone su fabricación, las emisiones derivadas del transporte y otros factores. Y, sin embargo, la tendencia del fast fashion que impulsan las grandes marcas textiles podría estar tocando techo, gracias a los jóvenes. Un informe especializado procedente del propio sector desvela que la generación Y está reduciendo sus compras de ropa, y el medio ambiente es uno de los motivos.