La madrugada del pasado domingo 31 de marzo tuvo lugar el tradicional cambio de hora de verano y los relojes se adelantaron una hora con el objetivo de optimizar al máximo el uso de la luz natural durante los meses más cálidos. Sin embargo, aunque puede parecer un simple gesto, perder esa hora de sueño puede tener efectos en la salud y alterar el ciclo del sueño de algunas personas.