Suena como el cuento de nunca acabar. Las negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial, que acumula más de cinco años de mandato caducado, siguen sin llegar a buen puerto. Los intentos se han ido sucediendo año tras año y la inédita mediación de la Comisión Europea tampoco ha dado todavía frutos. La entrada en escena del comisario de Justicia, Didier Reynders, no ha contribuido a avances sustanciales y su dimisión para intentar presidir el Consejo de Europa obliga a una sustitución inmediata del árbitro entre PP y PSOE. El aluvión de citas electorales en Euskadi, Cataluña y las europeas de junio, sumado al clima asfixiante que vive desde hace semanas la política española todavía lo complican más.