Con una doble sustitución del Racing comenzó la segunda parte. Todavía iban con más fe si cabe hacia delante los visitantes. Era un guion de encuentro similar. Porque tampoco aculaba el conjunto de Ramírez, concienciado en sufrir. Arana se zambullió en el área al chocar con Pier, que se fue con mucha fuerza al suelo. Ni Arcediano ni tampoco luego el VAR señalaron nada. El ritmo era tan atrevido que El Molinón se contagió. Aunque buscaban con ahínco el empate los verdiblancos fue de nuevo el Sporting quien pudo aumentar la ventaja. José Ángel le regaló a Djuka una posición inmejorable frente a Ezkieta. El “23” se sintió angustiado por la oportunidad y antes de controlar, terminó de cualquiera manera la jugada. Dejó el partido vivo. Y el Racing encontró el camino. Paradójicamente en la suerte donde todo se iguala: a balón parado. Arana se elevó por los aires y desvío lo justo con la cabeza para sortear a Yáñez.