Los resultados históricos que anunció Inditex hace dos semanas (casi 36.000 millones de facturación y más de 5.000 de ganancias) fueron aplaudidos por todos, aunque levantaron suspicacias entre los representantes de los trabajadores. Días después, los sindicatos lanzaron una campaña para que los beneficios “reviertan de forma justa y equitativa, en quienes los hacen posible, con avances reales y globales en las mesas estatales, homologando condiciones al alza”. En febrero del año pasado, la multinacional llegó a un acuerdo con los sindicatos y fijó un salario mínimo de 18.000 euros para todos los dependientes de sus tiendas en España. El acuerdo por tres años, que afectó a 36.000 personas, preveía que la subida media fuese del 20% y en los territorios con sueldos más bajos llegara al 40%. Ahora, las nuevas reivindicaciones pasan por el reconocimiento de la experiencia en la empresa, plus de antigüedad por cuatrienios y aplicación del incentivo dependienta a todas las cadenas por igual, entre otras reclamaciones. La empresa ya ha mostrado su interés en negociar y la siguiente reunión entre ambas partes está prevista para el próximo miércoles 3 de abril.