El primer hogar que acogió al Homo Sapiens cuando emigró de África fue la así llamada Meseta Persa, donde vivió unos 20.000 años e interactuó con los neandertales hasta que oleadas de estas poblaciones se dispersaron y se asentaron por toda Eurasia.
En un descubrimiento que redefine nuestra comprensión de la prehistoria, un equipo internacional de científicos ha revelado a la Meseta Persa como un punto de inflexión en la odisea de nuestros antepasados fuera de África.
Este estudio multidisciplinario, liderado por el Michael Petraglia y Leonardo Vallini, combina genética, paleoecología y evidencia arqueológica, y destaca la importancia de esta región durante las etapas iniciales de la migración humana.
Durante mucho tiempo, los historiadores han debatido sobre las rutas que tomaron los primeros Homo sapiens en su expansión por Eurasia.
La nueva investigación, publicada en Nature Communications, ilumina este misterio, situando a la Meseta Persa como un eje central de la prehistoria hace entre 70,000 y 45,000 años, un período en el que la dispersión humana no fue uniforme, dejando un vacío en nuestro entendimiento de sus movimientos.
Genética y paisajes del pasado
Utilizando un enfoque genético innovador, junto con modelado paleoecológico, los investigadores han confirmado la zona localizada en el suroeste de Asia, Asia meridional y la región del Cáucaso, como el lugar de procedencia de las oleadas de poblaciones que se asentaron en toda Eurasia.
Este lugar se destacó como un hábitat capaz de soportar una población más grande en comparación con otras áreas de Asia Occidental, destacan los investigadores.
El componente genético encontrado en las poblaciones de la Meseta Persa subraya su diferenciación a largo plazo en la zona, compatible con la naturaleza de centro de distribución de la región.
Esta firma genética, detectada gracias a un nuevo método que desenreda 40.000 años de mezcla poblacional y otros eventos confusos, resalta la importancia de la Meseta como una ubicación clave para el asentamiento humano temprano y las migraciones subsiguientes.
Visión más clara
El equipo examinó la evidencia genética de poblaciones humanas prehistóricas y modernas y descubrió que las personas alrededor de la meseta persa tienen estrechos vínculos ancestrales con la población que se estableció por primera vez fuera de África.
Si bien hallazgos arqueológicos recientes han comenzado a insinuar que la meseta persa fue alguna vez un centro crucial para el Homo sapiens en sus primeras incursiones fuera de África, esta última investigación sugiere que es probable que aquí se escondan muchos más fósiles y artefactos, listos para ser descubiertos y para confirmar esta primera constatación.
Michael Petraglia, del Centro Australiano de Investigación para la Evolución Humana de la Universidad de Griffith, proporciona una visión más clara de estos movimientos humanos tempranos.
«Nuestro estudio multidisciplinario ofrece una visión más coherente del pasado antiguo, ofreciendo perspectivas sobre el período crítico entre la expansión fuera de África y la diferenciación de las poblaciones eurasiáticas», afirma.
Pasado compartido
Este estudio confirma que los antepasados de todos los no africanos actuales vivieron en la Meseta Persa durante unos 20.000 años después de la migración fuera de África.
Este descubrimiento aclara por tanto una porción de 20.000 años de la historia de Homo sapiens fuera de África, un marco temporal durante el cual interactuamos con poblaciones de neandertales, y arroja luz sobre las relaciones entre diversas poblaciones eurasiáticas, proporcionando pistas cruciales para comprender la historia demográfica de nuestra especie a través de Europa, Asia Oriental y Oceanía.
La revelación de la Meseta Persa como un centro para la migración humana temprana abre asimismo nuevas puertas para la exploración arqueológica, enriqueciendo nuestra comprensión del viaje de nuestra especie a través de continentes y destacando el papel pivotal de esta región en la configuración de la historia humana.
Referencia
The Persian plateau served as hub for Homo sapiens after the main out of Africa dispersal. Leonardo Vallini et al. Nature Communications volume 15, Article number: 1882 (2024). DOI:https://doi.org/10.1038/s41467-024-46161-7