El nuevo informe anual del Gobierno sobre las amenazas y riesgos contra la Seguridad Nacional omite los ciberataques perpetrados con el software Pegasus contra los teléfonos del presidente del Gobierno y varios ministros. Y así viene siendo por tercer año consecutivo.
El informe también evita hacer referencias como actor hostil a Marruecos, país hacia el que se dirigen indicios y sospechas desde que se produjo la incursión ilícita en los dispositivos de Pedro Sánchez y varios ministros.
En Marruecos, la prensa oficialista ha recogido la noticia y celebra que el trabajo anual del Departamento de Seguridad Nacional español no incluya a su país en el listado de los que espían a España.
Este hecho ha permitido a la prensa marroquí arremeter contra Arancha González Laya, la ministra de Exteriores cesada por Sánchez tras el caso Ghali, que acusó en su día a Rabat de realizar «escuchas».
El informe de Seguridad Nacional, que omite señalar a Marruecos entre los países que interfieren en España, sí cita por ejemplo a China o Rusia.
Nada más conocerse el informe, la agencia nacional de noticias marroquí, MAP, publicó que el Departamento de Seguridad Nacional, «dependiente de la Presidencia del Gobierno español» había «exonerado a Marruecos de toda acusación de espionaje e injerencia en los asuntos internos de España».
«Las conclusiones de este informe acaban inequívocamente con todas las sospechas y acusaciones que se habían vertido contra Marruecos en relación con unas supuestas actividades de espionaje dirigidas contra el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, así como contra otros altos cargos del Gobierno utilizando el programa informático Pegasus», añadía.
Además, la agencia insiste en que estas acusaciones «ya habían sido negadas por altos funcionarios españoles en noviembre de 2022, durante las comparecencias ante una comisión del Parlamento Europeo que investigaba el uso del software Pegasus. En julio de 2023, la Audiencia Nacional española decidió archivar el caso Pegasus por falta de pruebas».
El digital Barlamane, por su parte, utiliza una fotografía de Pedro Sánchez y de la ministra de Defensa, Margarita Robles, hablando por teléfono móvil con una bandera marroquí y un sello encima que dice: «Mentiras».
«Las conclusiones de estas revelaciones suponen un duro revés para Arancha González Laya, la destituida ministra española de Asuntos Exteriores (2020-2021), que acusó a Rabat de utilizar Pegasus mientras se negaba a responder a preguntas sobre este punto», afirma Barlamane.
En cuanto a los partidos políticos, el mismo periódico asegura que tanto Vox «el partido de extrema derecha español», como el PP, «hostil a Marruecos», alimentaron la tesis de la interferencia marroquí.
El diario concluye que no es Rabat quien está detrás de los móviles infectados de Pedro Sánchez y Margarita Robles, «hechos de extrema gravedad que Marruecos siempre ha negado» y recuerda que en la Audiencia Naciona española «nunca se mencionó a Marruecos”.
Le360, cercano al poder, también entra en el asunto, y titula: «Espionaje, injerencias… La presidencia del Gobierno español blanquea por completo a Marruecos». El diario considera que el informe del Departamento de Seguridad Nacional «no puede ser más oficial» y que las sospechas que se han vertido sobre Marruecos «vienen de la derecha y la extrema derecha» y que Argelia las amplifica.
La realidad es que en ninguno de los tres últimos informes de Seguridad Nacional (2021, 2022 y 2023) se alude a Marruecos, ni tampoco se señala como una amenaza ese programa informático israelí, empleado por múltiples potencias de todo el mundo, entre ellas el país de Mohamed VI.
[Marruecos utilizó Pegasus durante la crisis con Sánchez por el ‘caso Ghali’, según un informe de AI]
Tampoco se menciona la amenaza marroquí en otros documentos oficiales más específicos, como el dossier en el que el CNI elabora anualmente sobre las principales ciberamenazas.
El análisis que realiza el Informe Anual de Seguridad Nacional 2023 sí que aborda la problemática de las ciberamenazas y hackeos, y señala abiertamente los perpetrados por grupos de la inteligencia rusa en diversos momentos del año.
De hecho, las carencias de la defensa nacional en esa materia convierten la vulnerabilidad de España en el ciberespacio en uno de los cinco principales riesgos para la seguridad en los próximos años, tal y como alerta el mismo expediente.
Sin embargo, pese a los antecedentes de la pasada legislatura, nunca se ha aludido a Marruecos ni al caso Pegasus en estos informes, una polémica que tuvo como consecuencia la defenestración fulminante de la Paz Esteban, jefa de los servicios secretos.
El ataque con ese virus se produjo en mayo de 2021, en plena crisis diplomática con el país vecino debido a la acogida de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, uno de los principales adversarios políticos de la monarquía alauí. Aquellos días, según la investigación de la causa instruida en la Audiencia Nacional, el móvil de Pedro Sánchez fue infectado dos veces.
Asimismo, los espías accedieron al móvil de Margarita Robles y robaron 9 megas de información. El Gobierno certificó un tercer hackeo: al ministro Fernando Grande-Marlaska, mediante dos ataques. Y hubo un último intento fallido de infectar el móvil de Luis Planas, ministro de Agricultura. Ambos ministros son y eran piezas clave en materia migratoria para la monarquía vecina.
Los ataques se produjeron cuando Marruecos propició a modo de represalia que casi 10.000 personas cruzaran la frontera con Ceuta en apenas 24 horas, dando lugar a una enorme crisis diplomática y a la mayor avalancha migratoria que se recuerda en la ciudad autónoma.
En aquel entonces Sánchez sí señaló la actitud de Marruecos como «un ataque inaceptable». Sin embargo, nada de lo ocurrido en estos años merece una sola línea en los sucesivos análisis de Seguridad Nacional.
Hoy por hoy, todavía resultan patentes las sospechas acerca de la responsabilidad de Marruecos en los hechos. Tal y como detalló EL ESPAÑOL, también sobre la responsabilidad de algún país con buenas relaciones con Mohamed VI en el escándalo Pegasus.
Varios informes como el que publicó Amnistía Internacional revelaban que Rabat empleó el programa espía contra España en mayo y junio de 2021. En ese período, Marruecos utilizó el software para vigilar a políticos, periodistas y activistas, según denunciaron en la investigación Proyecto Pegasus Amnistía Internacional y Forbidden Stories, que agrupa a 17 medios de comunicación de todo el mundo.
«El software espía Pegasus, comercializado por la empresa israelí NSO, se ha utilizado durante varios años para monitorizar sistemáticamente a periodistas, activistas y otros miembros de la sociedad civil«, denunciaron Forbidden Stories y Amnistía Internacional en julio de 2021.
Aquella investigación situaba a Marruecos en segunda posición, después de México, como uno de los Estados del planeta que más licencias tenían para espiar con Pegasus. El programa requiere una por cada móvil que se pretende infectar, lo que da la medida de la cantidad de veces que pudieron llegar a utilizarlo.
La lista de números de teléfono seleccionados como objetivo de Pegasus por Marruecos ascendía a 10.000, según aquel informe. En ese listado figuraban incluso el rey Mohamed VI y el presidente francés, Emmanuel Macron, aliado de la monarquía vecina.
Tras la denuncia, Francia descubrió que su dirigente había sido víctima de Pegasus durante un viaje a Rabat en 2019.
La tercera de las principales amenazas para la seguridad nacional desde este 2023, según el informe de Moncloa, es la inmigración, una problemática que Marruecos ha empleado históricamente como elemento de presión contra España y por extensión contra Europa.
Tal y como recoge el informe, este año se ha registrado un aumento del 95% de llegadas a España respecto al año anterior (56.039 migrantes irregulares), siendo la ruta hacia las islas Canarias la de mayor afluencia.
Es una de las pocas ocasiones en las 286 páginas de este documento en las que se menciona a Marruecos. «Durante 2023 la mayor parte de la presión migratoria provino principalmente de Marruecos, Senegal y Argelia», dice el informe.