Los Philadelphia 76ers, sin Joel Embiid y por ende con otra temporada que alimente la narrativa catastrofista que le acompaña desde los tiempos de Allen Iverson, hicieron de sus miserias virtudes para declarar con un correctivo en todos los sentidos (107-121) el estado de emergencia en Los Ángeles Clippers, ese equipo que luce tan preocupantemente diferente tras la pausa del All Star. Con una esplendorosa actuación colectiva con Tyrese Maxey y Tobias Harris dirigiendo el cotarro -24 puntos-, Philadelphia no concedió opción a unos Clippers sin Russell Westbrook con James Harden, Kawhi Leonard y Paul George pero a los que todos sus argumentos se les han girado en contra de repente.

Los miedos que se cernían sobre el equipo de Tyronn Lue, 8-9 desde el descanso del fin de semana de las estrellas, se empiezan a hacer realidad. Sobre todo, los que apuntaban a la capacidad de mantener la consistencia por parte de un roster demasiado veterano y la capacidad de James Harden para coger las riendas del equipo angelino.

Sin punch ni chispa para resquebrajar las graníticas defensas de los Sixers diseñadas por Nick Nurse -uno de los entrenadores más cambiantes e innovadores en el lado defensivo-, Kawhi Leonard se quedó en 20 puntos, en 18 Paul George y en 12 un James Harden brillante en la dirección con 14 asistencias y sólo 2 pérdidas pero poco punzante en la arrancada cuando sale de bloqueo directo.

La ‘Barba’ dejó un 5/13 en tiros de campo y un 0/6 en triples manifestando su irregularidad desde el perímetro, algo que no va pasar por alto para los demás de cara a los playoffs a la hora de desplegar defensas contra el ex precisamente de los Sixers. Sin embargo, la imagen de falta de energía y convicción que sufren ahora los Clippers la ilustró Paul George, taponado por Kelly Oubre Jr. en un contraataque cuando tenía todo a favor para anotar.

El vigor de Oubre Jr en esa acción reflejó a la vez el de Philly, que se afanan en dejar a Joel Embiid el mejor panorama posible dentro de lo que cabe con la inquebrantable esperanza de que el camerunés vuelva incluso antes de los playoffs, a los que ahora mismo tendrían los de Nurse que entrar vía play-in, octavos con 38-32 pero cerca de la sexta posición, ocupada por los Pacers con 40-31.

Tyrese Maxey, aprendiendo a ser esa estrella que haga brillar al equipo en ausencia de la principal, encarnó la alegría y la rapidez con la que Philly desarboló a los Clippers, inalcanzable para la defensa del equipo angelino con sus 24 puntos -9/17 en tiros de campo y 3/5 en triples-, y 6 asistencias.

Aprendiendo los entresijos de base en cuanto a director de juego con Harden a su lado, el exterior de 23 años leyó a la perfección cuando acelerar para traer de cabeza a la lenta defensa de los de Lue volviendo en transición. Tobias Harris, con 24 puntos, fue el otro puntal de los de Pennsylvania, mientras que Cameron Payne ayudó a la segunda unidad a mantener el nivel con sus 23 tantos desde el banquillo.

Los Sixers, que se tienen que aferrar especialmente a la pizarra ahora en ausencia de Embiid, no sólo aplicaron presión a la primera línea de los Clippers, sino que demostraron tener todo estudiado con ayudas que se multiplicaron y controlando los movimientos al margen del balón de Terance Mann, apenas 6 puntos en una escasa producción que notaron los de Lue pese a los 20 puntos de Norman Powell desde la segunda unidad.

De pasar a ser la alternativa a los campeones Nuggets en el Oeste -y pese a que cuartos con cierto margen para ir a playoffs con su balance de 44-25-, los Clippers han pasado a ser la incógnita que se desmorona, acumulando derrotas contra los contendientes al anillo.

Por lo menos, Paul George y Kawhi Leonard están por ahora sanos y se espera que Russell Westbrook, quien se fracturó la mano, vuelva en los próximos días. Ante la indolencia y melancolía que proyectan Harden, Leonard y George, falta hace alguien como Russ que arree al personal.