El pasado 19 de febrero, un hombre que volvía a su casa quedó en medio de una balacera entre dos bandos y terminó ultimado de un balazo en la cabeza. Sucedió en barrio Las Violetas, en la franja oeste de la ciudad de Córdoba. La víctima de esta historia de violencia urbana en Córdoba fue Miguel Ángel Cuello (31), quien se ganaba la vida como instalador de aires acondicionados.

A poco de cumplirse un mes de aquel brutal episodio, efectivos policiales lograron dar finalmente con el principal acusado de haber causado la muerte de Cuello. Se trata de Mario Daniel Monje (29), apodado “el Cara de nafta”, quien quedó imputado por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Por orden del fiscal Horacio Vázquez, a cargo de la pesquisa.

Policía de Córdoba. Patrullero. Imagen ilustrativa. (Archivo)

En ámbitos de la causa se considera como inminente la detención de otro sospechoso que se encuentra prófugo, ya que sobre él pesa una orden de captura por el mismo y gravoso delito. Los acusados “desaparecieron” del barrio luego de un ataque a balazos contra sus domicilios y que habrían sido efectuados presuntamente por allegados de la víctima, poco después del crimen.

CÓMO OCURRIÓ EL CRIMEN POR VIOLENCIA URBANA

Aquel 19 de febrero, Cuello recibió un tiro en la cabeza cuando le faltaba poco para llegar a su casa ubicada en en Villa Martínez, próxima a Las Violetas. La víctima volvía a su domicilio junto a unos amigos luego de haber ido a ver un partido de Talleres.

Policía de Córdoba. Patrullero. Imagen ilustrativa. (Policía de Córdoba)

Policía de Córdoba. Patrullero. Imagen ilustrativa. (Policía de Córdoba)

En plena vía pública se produjo un feroz enfrentamiento a balazos entre dos grupos y Cuello quedó al medio de todo. No está claro si las personas que iban con él también llevaban armas y tiraron, según fuentes de la causa. Lo concreto es que la víctima recibió un proyectil de pistola en la cabeza. Alcanzó a ser llevado al hospital Eva Perón, donde finalmente murió.

Esa madrugada se produjeron graves incidentes por parte de allegados a la víctima en el mismo hospital y contra la Policía. “Me lo mataron como un perro”, alcanzó a decir el padre de la víctima, en el marco de una marcha en reclamo de justicia a los pocos días.