El alguacil del Hinojal (Cáceres) se tomó algo con Vicente Sánchez en una cafetería del pueblo en enero. José María Lindo había quedado con este afortunado vecino de la localidad cacereña, al que hace unos ocho años le tocó un millón de euros en la lotería, para pasar un rato de ocio sin que este sospechara lo que ocurriría después. Lindo atacó a Sánchez después de aquello, lo mató y le robó 2.000 euros.
Cuando comenzó la búsqueda del hombre, al que se dio por desaparecido desde el pasado enero, el alguacil no lo dudó: se unió a las labores para tratar de encontrarlo y encontró el cadáver. En realidad, poco le hacía falta para saber dónde estaba Sánchez, porque presuntamente habría sido él quien colocó el cuerpo.
El propio Lindo confesó ante la Guardia Civil la pasada semana, el 7 de marzo, cuando fue detenido por su implicación en los hechos.
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El mencionado alguacil de la localidad tenía problemas económicos. Entre sus necesidades estaba reparar su coche, pero había más. En realidad, las deudas que le asfixiaban no alcanzaban un montante exagerado, pero sí imperioso para él. Lindo llegó a pedir un aumento de sueldo al Ayuntamiento de su localidad.
Sin embargo, algo desconocido le llevó a matar a su vecino, robarle el dinero que acababa de sacar del cajero y deshacerse del cuerpo. Se quedó igualamente con su documentación y cartillas bancarias. Según apunta Hoy, Lindo estranguló a Sánchez.
A sus 55 años, Lindo mató a Sánchez y no se deshizo del cuerpo de primeras. A posteriori, utilizó las cuentas bancarias de Sánchez durante el tiempo que este estuvo desaparecido, posiblemente para no levantar sospechas y que los investigadores pensaran en una desaparición voluntaria. Pasado el tiempo, se deshizo del cuerpo del hombre que en enero logró un millón de euros tras un sorteo de la lotería.
El Juzgado número 3 de Cáceres levantó el secreto de las actuaciones a principios de esta semana. Al alguacil se le imputan hasta tres delitos distintos: asesinato, robo con violencia y estafa.
Cabe destacar que Lindo se encuentra en prisión provisional a la espera del juicio desde el pasado 9 de marzo, cuando pasó a disposición judicial tras su detención. El asesino confesó ante los agentes de la Guardia Civil que él había matado a Vicente Sánchez.
Un hombre solitario
La gran alegría de la vida de Vicente Sánchez acabó tornándose en su peor pesadilla. Desde que había recibido la noticia, hace ocho años, en su pueblo le conocían como «el de la Lotería». Tenía 79 años y vivía en el número 76 de la calle Cruz de Hinojal. No era un hombre demasiado llamativo para el gran público, más bien todo lo contrario: no tenía mujer ni hijos, no disfrutaba de grandes lujos y su rutina se podría catalogar de anodina.
Antes de que le tocara la lotería, Vicente había sido albañil. Trabajaba haciendo algunos chapús, pero no gozaba de ningún lujo económico. Algunos vecinos del pueblo con los que habló este periódico aseguraban que «era porterillo, corría tejados y no tenía mucho dinero».
Como único vicio, «le gustaban las apuestas. Salía de Hinojal para comprar la Primitiva y, de vez en cuando, se le veía en las tragaperras».
[El alguacil de Hinojal que mató a su vecino Vicente pidió dinero para pagar la reparación de su coche]
Eso sí, desde que le tocó la lotería, cuentan sus vecinos, «no paraba de invitar a todo el mundo». Incluso hay quienes estiman que «fardaba un poco del dinero, te pagaba rondas». Eso, al menos así lo creen en este pueblo cacereño, «fue un error».
Su sobrino Javier, hijo de su hermana Tirsa, contaba la pasada semana a EL ESPAÑOL. «Iba de casa al bar y del bar a casa. A veces se bajaba a Cáceres para hacer alguna gestión del banco. No le gustaba ir al campo: le daban miedo las vacas y los perros. Aquí tenemos ganado bravo y algunos animales sueltos. Eso le daba apuro. Llevaba una rutina muy tranquila».
No se guardaba nada, dispara a discreción contra quienes se le unían en el pueblo. «Mi tío estaba rodeado de buitres que se le juntaban para que le pagara los cubatillas. Se aprovechaban de que invitaba él. Ya sabes, el tema de la lotería. Era un poco ingenuo y como no tenía hobbies y andaba solo, te podía soltar un billete de 50€ para que lo llevaras a Cáceres o lo acompañases a hacer alguna gestión. Si le hubiera gustado la automoción, se podría haber comprado un coche. Pero no era el caso. No hacía grandes gastos ni de ropa ni para viajes».
Un vecino le definía como «un cacho de pan, de esos hombres que te invitaban a todo«. Quizás por eso en el pueblo ya habían visto lo que hacía el alguacil, al que todos conocen como José Mari, «llevaba detrás de Vicenete, como una hormiguita, desde hacía meses».
El alguacil
José Mari, como le conocían en el pueblo, llevaba 32 años trabajando para el Ayuntamiento de Hinojal. Era licenciado en Derecho y vivía en Cáceres con su mujer y su hijo. No obstante, en el pueblo señalan que muchas noches dormía allí y no en la capital. Se rumoreaba que su esposa lo había echado de casa.
Sin embargo, nadie esperaba en la localidad cacereña que pudiera hacer algo así. Era, según distintas fuentes, «buena gente»; «un tipo normal»; «parecía un buen hombre».
[El alguacil confiesa que mató a Vicente Sánchez, el vecino al que le tocó la lotería en el Hinojal]
«Nos quedamos helados al saber que la Guardia Civil fue a por él. «Unos días atrás estuvimos viendo el fútbol todos juntos. Pensar que estaba al lado de un asesino… Nadie esperaba esto. Pensábamos que habría sido alguien de fuera, es muy triste», reseña un vecino.
Otros vecinos no estaban tan seguros. En alguna ocasión «tuvo comportamientos extraños» que pusieron en duda «su estabilidad mental».
José Mari se convirtió en inseparable de Vicente desde el pasado verano. El alguacil comenzó a llevar ‘al de la Lotería’ a todas partes en su coche en los últimos meses. La investigación apunta que los motivos que llevaron al primero a acabar con la vida del segundo fueron económicos.