Los resultados climáticos obtenidos en el mes de febrero son realmente desalentadores y no hacen sino confirmar que el calentamiento global se está acelerando de forma considerable. Según el servicio de europeo Copernicus, que monitoriza de forma continua el cambio climático en el planeta, el mes pasado no solo fue el febrero más caluroso de toda la historia (y con diferencia), sino que ya llevamos nueve meses seguidos batiendo récords, algo que nunca había sucedido. La temperatura del aire y del mar sube sin parar, los casquetes polares siguen fundiéndose y todo hace presagiar que el verano de 2024 la humanidad afrontará una situación nunca vista antes.