Tesla se ha visto obligada a suspender la producción en su planta de Gruenheide, ubicada al sureste de Berlín, después de que un incendio en una subestación eléctrica haya dejado sin electricidad a la fábrica de automóviles. Las acciones de la empresa han caído un 3,93% en Wall Street.
«Miles de personas se han visto privadas de su suministro básico y puestas en peligro. El Estado de derecho reaccionará ante tal acto de sabotaje con la mayor severidad«, ha afirmado un funcionario alemán.
La policía investiga los hechos, pero un grupo radical de izquierdas, conocido como ‘Vulkangruppe’, se ha atribuido el sabotaje como protesta a los planes de expansión de la compañía, que quiere ampliar las instalaciones para añadir un depósito de carga y almacenes.
Esta idea implica talar más 100 hectáreas de bosque, por lo que los activistas, que acusan a la empresa de Elon Musk de no ser «verde, ecológico ni social», han acampado en los alrededores dentro de una iniciativa llamada «Detener a Tesla«.
El año pasado, el fabricante de coches estadounidense presentó una solicitud para aumentar la capacidad de producción de la fábrica a un millón de vehículos eléctricos al año, lo que la convertiría en la planta de automóviles más grande de Europa.
Sin embargo, el pasado mes de febrero, los residentes locales votaron en contra de una moción para talar suficiente bosque que permitiera a Tesla expandir la instalación, dejando a las autoridades locales decidir cómo proceder.
Entre el 29 de enero y el 11 de febrero, Tesla también tuvo que suspender su producción en Alemania por los ataques que los rebeldes hutíes de Yemén sobre los buques que circulan por el Mar Rojo ante la falta de suministros necesarios para fabricar sus vehículos.