Francia reconoce el valor de la resistencia comunista en la victoria ante el fascismo. Las cenizas de Missak Manouchian, militante armenio del Partido Comunista Francés y fusilado por los nazis en 1944, han sido enterradas este miércoles por la tarde en el Panteón, en París. Es la primera vez que un miembro del sector más a la izquierda y universalista de la resistencia entra en el monumento dedicado a las grandes personalidades de la República francesa.
Manouchian, quien ha sido panteonizado junto con su mujer, Mélinée, formaba parte de una unidad de obreros y emigrantes comunistas, cuya mayoría de miembros fueron detenidos a finales de 1943 en la capital francesa y ejecutados por las tropas ocupantes. El español Celestino Alfonso pertenecía al mismo grupo. Su nombre ha quedado inscrito en una placa de homenaje a esos 24 héroes martirizados, lo que lo convierte en el primer español homenajeado en el Panteón.
Esta ceremonia representa «un acto de reconocimiento a los FTP-MOI y a todos aquellos judíos, húngaros, polacos, armenios y comunistas que dieron la vida por nuestro país«, destacó el presidente francés, Emmanuel Macron, en una entrevista publicada el lunes en el diario de izquierdas L’Humanité. Hasta ahora, Francia solo había panteonizado a miembros de la resistencia gaullistas como Jean Moulin o Geneviève de Gaulle. «Ebrio de un gran sueño de libertad, Missak Manouchian tomó todos los riegos», así como los 24 miembros de su grupo cuyos «nombres han sido olvidados durante demasiado tiempo», ha asegurado Macron durante su discurso con que ha concluido el emotivo acto de panteonización.
Polémica presencia de Le Pen
En la ceremonia, han interpretado música armenia, además de leer en alto la carta con que Manouchian se despidió de su mujer. En ella deseaba «felicidad a aquellos que nos sobrevivirán y disfrutarán del gusto dulce de la libertad y la paz». Además de los descendientes de esos combatientes antifascistas, el acto ha contado con la presencia del primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, o del ministro español de Política Territorial y Memoria Histórica, Ángel Víctor Torres, entre numerosas personalidades. De hecho, ha estado marcado por la polémica asistencia de la ultraderechista Marine Le Pen, a la que el presidente francés había aconsejado no asistir. Y también por la contradicción de homenajear a un emigrante apátrida pocas semanas después de que el Ejecutivo macronista promulgara una dura ley migratoria.
La entrada en el Panteón de Manouchian ha tenido lugar en el 80º aniversario de su ejecución, junto con otros 21 miembros de su grupo, en el monte Valérien (oeste de la región parisina). El «grupo Manouchian» se hizo conocido por el cartel rojo con que las tropas ocupantes denunciaron en 1944 a esos resistentes, a los que presentaban como «el ejército del crimen». Una década más tarde, ese cartel inspiraría a Louis Aragon para escribir el poema L’affiche rouge, versionado en una popular canción por Jean Ferrat. Eso agrandó la leyenda de esos héroes de la resistencia.
Su muerte a los 37 años impidió a ese militante, obrero y poeta «apátrida» que asistiera a la liberación de París seis meses más tarde y la victoria del antifascismo. Nacido en 1906 en el seno de una familia de campesinos armenios en Anatolia, perdió a su padre y su madre durante el genocidio armenio perpetrado por el Imperio Otomano en 1905. Fue durante su adolescencia en un orfanato en el Líbano —territorio entonces bajo la influencia de Francia— donde descubrió la cultura francesa. Con apenas 18 años, emigró a Marsella y a los pocos meses se instaló en la capital. Allí trabajó como carpintero, paleta, obrero industrial… También se dedicó a la poesía y a traducir a escritores franceses al armenio.
Tras haber combatido con el Ejército francés a la Alemania nazi en 1940, formó parte de las FTP-MOI, fundadas en 1942. La sección de Manouchian, formada por unos 65 milicianos, cometió 229 atentados u otro tipo de acciones entre julio y noviembre de 1943. Representó la punta de lanza de una lucha vanguardista que hizo la vida imposible a las autoridades de la Francia ocupada. «Hay que recordar que la resistencia francesa no fue un movimiento de masas, a diferencia de la situación en países como Yugoslavia o Grecia. La lucha armada fue realizada básicamente por el PCF en 1943 y 1944″, sostiene el historiador Dimitri Manessis, coautor de un libro reciente sobre Manouchian, en una entrevista en el digital Mediapart.
Entrada simbólica del español Celestino Alfonso
Entre esos miembros de la resistencia, había un número significativo de republicanos españoles. Celestino Alfonso era uno de ellos. Tras haber emigrado a Francia en 1927, Afonso combatió en la Guerra Civil con las Brigadas Internacionales. Y también lo fusilaron el 21 de febrero de 1944 en el monte Valérien. «Aparte de la familia y de su círculo íntimo, casi nadie hablaba de ellos», pero «con la entrada en el Panteón de Manouchian, se produce un homenaje para todos estos combatientes», ha destacado Christine Montiel, sobrina nieta de Celestino Alfonso, en declaraciones a los medios, entre ellos EL PERÓDICO DE CATALUNYA.
Con la panteonización de Missak y Mélinée Manouchian y la entrada simbólica de sus compañeros de lucha, se expresa «el reconocimiento de la nación para aquellos extranjeros que decidieron combatir en nombre de una Francia libre», ha destacado el Ministerio de Defensa. Así se pretende reivindicar una visión más plural y cosmopolita del relato nacional, siguiendo la estela del mismo homenaje en 2021 a la cantante negra y resistente Joséphine Baker.
«Sin embargo, esta visión madura del relato nacional exige un mínimo de coherencia. La celebración de los inmigrantes resistentes no se puede separar del contexto actual, el de un país marcado por la xenofobia alimentada por la extrema derecha», destaca el diario Le Monde en su editorial, en que reprocha a Macron que «ponga los temas (de la Reagrupación Nacional) en el centro de su estrategia política». Una cosa es recordar la lucha antifascista y otra, aplicarla en el presente.